¿Cuál es el principal reto de la filosofía, o sus principales retos, en estos tiempos de zozobra, inseguridad e incertidumbre en todo el mundo?
Mª Ángeles Quesada. Filósofa española
Mª Ángeles Quesada es filósofa especialista en diálogo socrático y critical thinking. Su empresa, Equánima, es un proyecto humanista que recupera las herramientas que la filosofía ha desarrollado durante siglos y las pone al servicio de la sociedad de hoy y sus necesidades, de los malestares del ser humano contemporáneo y de las urgencias y contradicciones de las empresas y las organizaciones en la actualidad.
«Nuestro primer reto es impulsar una cambio de paradigma radical y auténtico en la actitud. Hemos de provocar la parada para el pensar, la entrada en otro ritmo que permita clarividencia, el vicio por la pregunta, por el reposo en ella, por el desgranamiento y el habitar problemas y no escapar de ellos, con el fin de poder agarrarlos e identificarlos mejor. Supone una ruptura con el salto rápido a la solución y nos devuelve a nosotros, al problema mismo, nos interpela a poner al ser humano y sus procesos y ciclos en el centro.
Hemos de comprometernos con el cuidado y la calidad en el pensar, empleando diversas herramientas e imponiendo este otro ritmo que supone al final una sanación y una caricia para nuestras almas heridas y dañadas por la dureza de esos tiempos, poniendo el hincapié en la vida examinada, en el autoconocimiento, imposible de hacer con atajos tecnológicos.
«Hemos de provocar la parada para el pensar, la entrada en otro ritmo que permita clarividencia, el vicio por la pregunta, por el reposo en ella, por el desgranamiento y el habitar problemas y no escapar de ellos, con el fin de poder agarrarlos e identificarlos mejor»
En segundo lugar, creo que es urgente abordar los grandes temas del ahora: invitar a entrar en procesos de búsqueda de la verdad y no de posverdad; practicar la reflexión ética de nuestras acciones para preguntarnos por la posibilidad del bien común en una sociedad individualista; aportar marcos y visión para superar la tradición histórica del ‘nosotros y ellos’, entrenar una conciencia cosmopolita, reinventar las ciudades, levantar los límites especistas, continuar el trabajo feminista, etc. Asimismo, la inercia tecnológica, sueño o más bien pesadilla de la razón instrumental, es un río que se anega sin la luz filosófica, la reflexión ética y su labor humanizadora. Y con ello, la filosofía debe, en mi opinión, continuar su camino de desacralización y de pérdida de pureza, que no de autenticidad, para construir desde la organización y la empresa humana nuevos mundos y entornos. Sin miedo a hablar con otro lenguaje, a hacerse oír con sonidos mediáticos y a ser como el caballo de Troya que espera su momento para atacar desde dentro.
Y como el filósofo Bauman señaló al final de sus días, la única vía es el diálogo. Todavía, un diálogo verdadero causa sorpresa, sensación de que ocurre algo extraordinario. La filosofía nos lleva invitando a esa construcción colectiva desde Sócrates y su rol en los Diálogos de Platón y más recientemente con metodologías como el diálogo neosocrático de Leonard Nelson. Así, el gran reto de lo colectivo y el entrenamiento en pensamiento y diálogo debe permear la educación desde Infantil; ese también es nuestro desafío. Por fin podremos de nuevo abanderar la frase de Marx, ampliado a la disciplina, ‘La filosofía ha tratado de interpretar el mundo, ahora se trata de transformarlo’».
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