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Compro, luego existo: la filosofía en la publicidad

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Vista del blog https://filosofiaypublicidad.wordpress.com/ que Pablo redondo y Sebastián Salgado crearon como complemento a su libro "Pensar en imágenes. Filosofía en la publicidad", editado por Maia.

Vista del blog https://filosofiaypublicidad.wordpress.com/ que Pablo Redondo y Sebastián Salgado crearon como complemento a su libro "Pensar en imágenes. Filosofía en la publicidad", editado por Maia.

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Publicado por Maia Ediciones, el libro Pensar en imágenes, de Pablo Redondo y Sebastián Salgado, demuestra que en el siglo XXI la publicidad es un objeto filosófico de primer orden, tan legítimo como el cine o la TV.

Por Gabriel Arnaiz, profesor de filosofía 

Ya nadie duda de que el cine puede suscitar la reflexión filosófica y está asentada la idea de que también se puede filosofar sobre la televisión (y sobre otros elementos relevantes de la cultura popular, como los best seller, la música pop, las series o la telebasura). Pero ¿y la publicidad? Si el cine y la televisión pueden ser objetos filosóficos legítimos, porque reflejan mejor que otros productos culturales el “espíritu de nuestro tiempo” (eso que los alemanes llaman el Zeitgeist) y la ideología contemporánea, ¿no deberían también los filósofos dedicar su tiempo a decodificar el que sin duda es el producto más paradigmáticamente ideológico?

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"Pensar en imágenes. Filosofía en la publicidad", de Pablo Redondo y Sebastián Salgado en Maia ediciones.
«Pensar en imágenes. Filosofía en la publicidad», de Pablo Redondo y Sebastián Salgado, en Maia Ediciones.

Siguiendo esta infalible lógica, Pablo Redondo y Sebastián Salgado, que ya habían mostrado antes en Una historia de la filosofía para la vida cotidiana (Maia Ediciones) una original maestría en acercar a un público amplio el abstruso pensamiento de los filósofos, decidieron demostrarnos en Pensar en imágenes. Filosofía en la publicidad que los anuncios también pueden y deben ser objetos filosóficos dignos de atención, espoleados quizás por sus alumnos, quienes constantemente se quejaban en clase de que no hacían otra cosa que analizar viejos textos de un pasado antediluviano. Los autores consideraron que la publicidad merece ser analizada no solo porque “influye en las conciencias, dirige voluntades, canaliza emociones, modifica los gustos y crea opiniones”, sino sobre todo porque “las imágenes de los anuncios y los eslóganes que las acompañan dejan entrever con frecuencia argumentos, creencias e ideas de carácter filosófico o, al menos, susceptibles de ser estudiados fructíferamente con la mirada filosófica”.

Si queremos entender cómo nuestra época nos “formatea” la mente con sus ideas (en un sentido lato), debemos deconstruir las creencias que subrepticiamente nos inocula la publicidad para incitarnos a comprar. Para ello, los autores seleccionaron 20 imágenes publicitarias (no entiendo por qué han prescindido por completo de los anuncios televisivos) que utilizan como pretexto para radiografiar o cartografiar nuestro presente con las herramientas de la filosofía (sobre todo, la continental). Nada queda inmune a sus finos análisis: ni Ikea, ni empresas de telefonía móvil como Vodafone, ni el desodorante Axe, ni los condones Durex, ni los automóviles Audi, ni las pilas Energizer, ni los zapatos Camper, ni los lapiceros Faber-Castell, ni la lotería nacional, ni la Fundación Antidroga, ni ONG como Médicos sin fronteras o WWF, ni las funerarias…

Los autores han seleccionado 20 imágenes publicitarias que utilizan como pretexto para radiografiar o cartografiar el presente con las herramientas de la filosofía

Los autores son capaces de “sacarle punta” filosófica a cualquier anuncio y de relacionarlo con cuestiones de suma trascendencia filosófica. Como complemento al libro, los autores abrieron también un blog (htpp://filosofiaypublicidad.wordpress.com) en el que han subido las imágenes que deconstruyen (y que no han incluido en el libro) y donde esbozan brevemente los análisis que después desarrollaron en papel. Este pequeño manual de hermenéutica aplicada es una excelente ayuda para esclarecer la sutil ideología que nos envuelve y una magnífica introducción a la filosofía. Y también uno de los mejores ejemplos para refutar a todos aquellos que piensan que la filosofía no sirve para nada y que vive al margen del “mundanal ruido”.

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