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La portada está pintada de un rosa melocotón pastel. Muestra de frente una ilustración de una mujer (María Zambrano) vestida con una gabardina y un gorro azul, escribiendo con una pluma. Está rodeada de cactus azules y verdes con flores amarillas, y debajo de ella hay unos pájaros de color rosa más pálido, que tocan la pluma con el pico, sobre una maleta azul con un sol naciente.

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NÚMERO 10

Dosier

María Zambrano: poesía, vida y democracia en el exilio

Ese viaje largo y decisivo

Las olas

En cada nueva novela, Virginia Woolf experimentó con el narrador. Su literatura es una pregunta constante por cómo narrar una historia. Imagen de Freepiks (licencia CC).

F+ Virginia Woolf y la búsqueda de un narrador

PorPol Ribas Domènech5 de febrero de 2024
A comienzos del siglo XX la literatura occidental estaba reinventándose. Era una época de muchos cambios en el plano cultural y filosófico, lo que afectó a la forma de escribir. La muerte de Dios, por ejemplo, ponía en tela de juicio al narrador omnisciente, que todo conoce y que describe todo con una supuesta objetividad. ¿Desde dónde narrar?