tecnología
F+ Videojuegos: un reto filosófico
Jugar es una actividad que nos acompaña desde siempre. El origen y el desarrollo de la cultura de todos los pueblos tiene un carácter lúdico. De manera intuitiva, no solo jugamos con otros compañeros, sino que aprendemos a hacerlo a través de normas concretas y bien definidas que aceptamos y cumplimos. Hoy, que vivimos una abrumadora presencia de la realidad virtual, ¿cuál es la relación entre el mundo físico y el virtual en los videojuegos? ¿Qué nuevas formas de identidad, ocio y comunidad está facilitando? ¿Puede ser usado para crear conciencia ciudadana?
¿Sueñan las máquinas con derechos y libertades?
Nos hemos ido acostumbrado poco a poco a la inteligencia artificial y ya ha invadido nuestro día a día. ¿Hasta qué punto influye en nuestra vida cotidiana? ¿Quién decidió que podía hacerlo? ¿Quién tiene que rendir cuentas de sus acciones? ¿Cómo podemos responder ante esta nueva situación que ha configurado nuestra realidad? ¿Puede ser racista una inteligencia artificial? ¿Qué futuro espera al ser humano en un mundo donde la tecnología va tomando más y más peso? El debate ético está abierto.
F+ ¿Es la tecnología ya parte de nuestro cuerpo?
El debate sobre la tecnología está demasiado encallado en su defensa a ultranza o su crítica feroz (envuelta en una nostalgia según la cual cualquier tiempo pasado fue mejor). En este artículo, argumentamos de qué manera la tecnología ya es inseparable del ser humano, tanto de su cuerpo como de su mente. Lo primero lo hacemos de la mano del poshumanismo; lo segundo, del debate sobre la mente extendida. Acabamos imaginando las características que debería tener una tecnología utópica.
«ChatGPT, escríbeme una carta de amor»
Durante el confinamiento por covid se intensificó el uso de las tecnologías digitales y esto supuso una revelación: nos descubrió que podían hacerse en línea muchas cosas que nunca hubiéramos imaginado. Una buena parte del trabajo, la enseñanza, las consultas médicas, las compras o incluso las relaciones interpersonales y cumbres de jefes de Estado se...
Inteligencia artificial: ¿una ayuda para la filosofía?
Siempre ha existido un desfase entre la velocidad de desarrollo de la tecnología y el tiempo que tarda la filosofía en ofrecer una respuesta apropiada a su posible impacto. La secuencia es lógica y razonable, pero parece que con la llegada de la inteligencia artificial esta brecha de tiempo está creciendo significativamente. Es interesante intentar detectar dónde está el cuello de botella para la creación de nuevas propuestas y cómo se podría aumentar la productividad filosófica.
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