Explica la psicoanalista Constanza Michelson que hay una dimensión del amor que tiene que ver con la necesidad de excepción, que ser reconocido en la singularidad es una necesidad psicológica que dignifica. El ser humano se alimenta de vínculos y ser tratados en serie quiebra el espíritu. Hablamos con ella de esto y de mucho más: del sueño y la incapacidad para dormir, de la salud mental y el dolor, de la infancia y la edad adulta, del pasado y el futuro…
Por Melina Varnavoglou
Constanza Michelson es una ensayista y psicoanalista chilena. Junto al trabajo clínico se ha dedicado a la escritura en un intento por cruzar psicoanálisis y análisis político y cultural. Es autora de los libros Hasta que valga la pena vivir, Una falla en la lógica del universo: cartas desde la cornisa, escrito junto a la filósofa Aïcha Liviana Messina, y Capitalismo del Yo.
En esta entrevista conversamos con Michelson sobre su más reciente libro, Hacer la noche. Dormir y despertar en un mundo que se pierde. Escrito durante la pandemia, este ensayo recorre la noche como tema filosófico en sus múltiples dimensiones: el insomnio, los sueños, los psicofármacos, el amor, la desesperanza, la soledad, el suicidio. También la concibe como una tarea filosófica: para refundar un nuevo despertar, un horizonte ético-político nuevo, primero hay que hacer la noche.
Dedica buena parte del libro a investigar los trastornos del sueño y cómo estos se fueron agravando durante y después de la pandemia a nivel mundial. ¿Por qué no podemos dormir?
En el ser humano ninguna función es obvia; de algún modo, las necesidades están pervertidas por el lenguaje, es decir, por la lógica del deseo. Nos quejamos de que comemos de más o de menos, nunca lo justo; lo mismo pasa con el amor, y desde luego, con el sueño. Los primeros meses de pandemia hoy nos parecen un momento lejano y surreal, se nos cayó el mundo, vivimos una incertidumbre tan inédita como las medidas cinematográficas para contener el virus. Hablo de los meses antes de contar con un lenguaje para nombrar la experiencia, el tiempo previo a las vacunas y palabras como «aforo», «presencialidad», «mascarilla KN95». Al comienzo no sabíamos nada. A partir de mi propio insomnio, me daba cuenta de que mucha gente estaba en la misma situación. Leí algunos meses más tarde que la palabra «insomnio» se había disparado en el Google Trends.
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