John Milton es, junto a Shakespeare y media docena más de autores, uno de los referentes literarios de la cultura inglesa. Fue un personaje de gran polémica debido a sus posturas políticas y religiosas, y un escritor de enorme genio, además de un defensor a ultranza de la libertad. Precisamente, ese es uno de los hilos conductores de esta obra, que trata de hallar una respuesta a la existencia del bien y el mal en el mundo, a través de la historia bíblica de Adán y Eva.
La existencia del bien y el mal según Milton
Pese a lo que pueda parecer, la obra tiene una enorme relevancia incluso en nuestra época, si bien por su riqueza lingüística no es un texto apto para todos los gustos. Su alambicado lenguaje, sus continuas referencias, frecuentes hipérbatos y largas reflexiones hacen que el original no sea fácil de leer, lo que no es óbice para que la riqueza expresiva de que hace gala nos atrape (especialmente recomendable para el público novel es la edición en formato manga de la colección La Otra H).
Al igual que muchos filósofos de la historia, Milton se hizo la pregunta de por qué existen el mal y el sufrimiento en el mundo si Dios, todo bondad y poder, podría eliminarlo fácilmente. Se trata de una reflexión que ya en su día hicieron Epicuro y más tarde muchos otros, como el filósofo empirista David Hume, para quienes la existencia del mal ponía en duda dos cuestiones acerca de Dios: por un lado, si el mal existe es porque Dios así lo quiere, por lo que no podríamos afirmar que es un ser de infinita bondad, puesto que no lo permitiría; por otro, si el mal existe y Dios no puede remediarlo, es que no es todopoderoso.
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