Son conocidos los debates que se dan en torno a la psicología de los seres humanos. Desde el psicoanálisis hasta el conductismo, pasando por la Gestalt u otras psicoterapias, las distintas corrientes psicológicas son un buen ejemplo de las distintas posturas que existen sobre qué es la mente humana y cuál es el mejor camino para abordarla en caso de crisis.
Doctor en Psicología por la Universidad de Valencia, psicólogo clínico y psicoterapeuta psicoanalítico, Javier Castillo Colomer es graduado en Psicología analítica junguiana y presidente de honor de la PDD International Society. Aunque comenzó en la tradición psicoanalítica, luego se especializó en la psicoterapia breve y de objetivos específicos, es decir, en terapias marcadas por objetivos y que eviten alargarse más de la cuenta.
Javier Castillo Colomer ha ido construyendo a lo largo de sus años de trabajo un modelo integrativo que, valga la redundancia, integre lo mejor de cada tradición psicológica para, así, lograr un mayor éxito en sus consultas. Ha publicado numerosos libros, entre los que se encuentran Los sueños en la vida, la enfermedad y la muerte, El valor del sufrimiento y Psicología dinámica orientada por dimensiones. Con Herder Editorial acaba de publicar Fundamentos de la psicoterapia integrativa moderna, donde consigue unir lo mejor de cada corriente para conseguir una terapia más efectiva.
Su propuesta psicoterapeuta es integrativa respecto al resto de teorías. Si bien cada teoría (conductual, psicoanalista…) se centra en una única parcela, usted integra todas las teorías en una experiencia clínica que puede ayudar al paciente en su totalidad. ¿Es así?
Sí, efectivamente, es así.
¿Qué ventajas tiene este modelo?
En primer lugar, este modelo nos permite la intervención en casos clínicos que durante mucho tiempo se pensaba que no eran receptivos a un trabajo con psicoterapia. En estos casos, la integración ordenada de diferentes teorías permite una mayor adaptación a las necesidades del paciente porque con ella podemos disponer de un numeroso conjunto de herramientas para la intervención.
Es un modelo mucho más abierto y con mayor alcance… ¿Esto no le genera también alguna limitación?
Quizá, en este sentido, la mayor dificultad sea que se trata de un modelo complejo que requiere que el psicoterapeuta sea muy flexible y que tenga una importante capacidad de integración. Esa es la principal dificultad. Y es que pensar en dimensiones implica salir de las aparentes seguridades que nos da pensar que tenemos un modelo único y verdadero. El objetivo es ser capaz de ver y analizar la realidad psíquica desde diferentes registros.
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