De entre los muchos géneros literarios que enriquecen la cultura, los libros de filosofía adquieren no pocas veces un rasgo distintivo, eminente, que consistiría en tener más de una vida, es decir, otros renacimientos más allá del hecho editorial propiamente dicho. Esa fue la suerte que corrió La nación tardía, de Helmuth Plessner. En este artículo se repasa su historia.
Por Kilian Lavernia, profesor en la Facultad de Filosofía de la UNED
Los tempos de muchas recepciones filosóficas son inescrutables, en efecto, como lo son los caminos de las ideas que cruzan fronteras lingüísticas y espacios culturales, igual que la latencia de problemas irresueltos o coerciones externas que solo una siguiente generación está en condiciones de abordar con renovada inteligencia y razón crítica.
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