A Pau Luque, nacido en Barcelona y residente en Ciudad de México, profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, le interesa la relación entre filosofía, literatura y moral. Su libro Las cosas como son y otras fantasías, Premio Anagrama de Ensayo, reflexiona sobre la moralidad en el arte y es un elogio a la facultad imaginativa, sobre todo en la creación literaria. «Quizá en literatura la imaginación se expresa a través de hechos, tramas y narrativas y en filosofía, mediante ideas y entidades más abstractas», nos dice.
Por Julieta Lomelí
La filosofía es literatura en potencia, pero creación pura en acto; se abre siempre en la encrucijada de narrar historias, de comentar ideas ajenas y propias, de encontrar un sentido, desde la poiesis de la escritura, un sentido sustancial y humanista de la vida.
Pero si el filósofo se mantiene en su obsesión de correr a los poetas de su república, por envenenar con quimeras y sentimentalismos al reino de la «razón», antes de condenarlos al exilio, arrojémosles unos cuantos libros de literatura, para ver si alguno de ellos, en una meditada metamorfosis, pueda darse cuenta de las cercanías y las fronteras compartidas entre la filosofía y ese terruño arrendado por eso que él cree no contiene nada de su faena.
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