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Redescubrir la historia conceptual de América Latina

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América Latina, fragmento de un mapa de dominio público distribuido por Wikimedia Commons. Autor: AgainErick.

América Latina. Diseño hecho a partir de un fragmento de un mapa de dominio público distribuido por Wikimedia Commons. Autor: AgainErick.

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Adolfo Chaparro Amaya, doctor en Filosofía y profesor de la Universidad del Rosario, en Bogotá (Colombia), publica Modernidades periféricas, un libro en el que desbroza, analiza y desarrolla la idiosincrasia propia del plural pensamiento latinoamericano, sus influencias, consecuencias y emancipación. El autor pone sobre la mesa el devenir de su propia modernidad.

Modernidades periféricas, de Chaparro (Herder).
Modernidades periféricas, de Chaparro (Herder).

Modernidades periféricas. Archivos para la historia conceptual de América Latina, del filósofo colombiano Adolfo Chaparro, es un monumental volumen y uno de los libros que inaugura la colección Contrapunto de Herder Editorial, una colección que busca presentar la pluralidad de pensamientos que se dan en América Latina y que enriquecen (y a veces ponen en cuestión) las tradiciones de pensamiento occidentales.

El libro de Chaparro analiza los conceptos a través de los cuales académicos e intelectuales han intentado explicar cómo y por qué las tradiciones premodernas, las expectativas de la modernidad y los efectos de la condición posmoderna no se pueden separar a la hora de describir las sociedades latinoamericanas. El resultado es un texto que define las distintas épocas y formaciones sociales a partir de la Conquista de América.

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Los ideales modernos en el futuro de las sociedades

Chaparro plantea que la deconstrucción del sujeto moderno (occidental) abre el análisis de lo relacional en otros ámbitos: entre formas de producción, entre Estado y capital, entre el soberano y formas de (auto)gobierno, entre las ciudadanías que luchan por los derechos mientras reinventan la idea misma de lo común universal y de su gobernabilidad.

«Desde finales del siglo XIX, políticos y pensadores han propuesto distintas interpretaciones de lo ‘americano’, han esbozado síntesis empíricas que asumen lo ‘latinoamericano’ como una totalidad, han creado nuevas teorías para dar cuenta de una realidad que percibían radicalmente aporética: idealista y deseosa por entrar en el canon civilizatorio pero impedida por su heterogeneidad y su desigualdad para lograrlo».

«La política por venir se perfila como una evaluación plural acerca de lo común, entendido como la razón de ser de lo político», dice el autor de Modernidades periféricas

Asegura Chaparro que asistimos en nuestros días a la «emergencia de distintas formas de vida comunitaria, las cuales hacen inocuos muchos de los filtros de la pragmática comunitaria y de la matriz ética y productiva de la modernidad». Por eso se revela una incertidumbre acerca de la manera en que los ideales modernos se podrían cumplir en el futuro de las sociedades, y la sospecha acerca de si esa realización es deseable dentro de los parámetros de integrismo tecnocultural e (in)sostenibilidad ecosistémica del desarrollo global. Toda una declaración de intenciones.

Así, se hace urgente preguntarse por la noción y la presencia de lo comunitario en las comunidades campesinas y étnicas diferenciadas de la periferia latinoamericana. Y es que, asegura el autor, «la política por venir se perfila como una evaluación plural acerca de lo común, entendido como la razón de ser de lo político».

Lo común de la especie humana

«Se pone así en evidencia —escribe el profesor Chaparro— un diferendo entre lo común de las comunidades y lo común de las naciones que se disuelve y se relanza de diversas maneras en lo que la comunidad global empieza a comprender como lo común de la especie humana». Inmersos todos en la incertidumbre que genera nuestra actualidad, las poblaciones de los países llamados periféricos se aferran a la posibilidad de encontrar en la consolidación del Estado un mínimo de garantías para su bienestar económico y para la realización de sus derechos, ya que, apunta el filósofo, «la ciudadanía es la forma en que las modernidades periféricas han reactivado el lenguaje de los derechos con el fin de hacer efectiva la inclusión de las diferencias étnicas, de género, ecosóficas, productivas, culturales».

Inmersos en la incertidumbre que genera nuestra actualidad, las poblaciones de los países «periféricos» se aferran a la posibilidad de encontrar en la consolidación del Estado un mínimo de garantías para su bienestar

En el seno de esa invención de ciudadanías arraigadas en formas comunitarias se muestra la proliferación de espacios sociales en los que prima la individualidad relacional, la simultaneidad de los modos de vida y el cuidado del territorio propio, antes que la irreversible expansión del capital, uno de los males endémicos de nuestro tiempo: hincar las rodillas frente al imperio del dinero y su movimiento.

El desenlace más deseable de este pensar(se) sería una tensión conflictiva, pero necesaria y enriquecedora, entre el paradigma desarrollista y las políticas públicas de participación ciudadana, de reconocimiento pleno de la diversidad cultural y de protección de los ecosistemas: «Ello no supone una alteración radical de la relación centro/periferia, pero sí la puesta en cuestión del consenso global sobre el ‘ser moderno’ como forma naturalizada de lo social y como única opción de ‘vida buena’».

Este libro fundacional y fundamental para entender la pluralidad del pensamiento «de la periferia» asume una noción de comunidad que se refiere, originaria pero no esencialmente, a las comunidades étnicas diferenciadas existentes en todo el mundo: «Eso supone que la esencia de la comunidad está en la superficie de lo social, y que de la reflexión que las comunidades hacen sobre sí mismas es posible llegar a una proyección universal de su singular multiplicidad».

El libro hace un gran esfuerzo por repensar lo latinoamericano como una totalidad que tiene mucho que decir, discutir y apuntar en un mundo cada vez más complejo y multifacético

Todo un hito en los estudios del pensamiento latinoamericano y en su reivindicación que Chaparro estructura sobre las bases de los grandes temas que considera fundamentales para reflexionar sobre esas modernidades periféricas a las que tanta atención hay que prestar: el concepto de lo periférico, la soberanía divina y las causas de la llamada «guerra justa», las conjeturas sobre la formación del Estado, la genealogía colonial del nosotros, el caudillo en la fundación del Estado-nación, la disputa entre marxismo y liberalismo, el dilema entre democracia y populismo o la construcción y deconstrucción del ideal mestizo y del multiculturalismo.

Un libro central, único, valiente para recapacitar sobre la modernidad o, mejor dicho, sobre las modernidades, en plural, en un intento titánico de repensar lo latinoamericano como una totalidad que tiene mucho que decir, discutir y apuntar en un mundo cada vez más complejo y multifacético.

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