Como todos los que saben mucho, Albert Einstein pensaba que sabía muy poco, razón por la que pasó la mayor parte de su vida tratando de conocer más y mejor el mundo que le rodeaba. Y en buena parte lo logró. ¿Cuál era el secreto de su éxito?
Por Jaime Fdez-Blanco Inclán
La realidad, curiosa y suspicaz, era para Einstein una de las claves del aprendizaje y el desarrollo. Pero había algo más, algo que el científico compartió con su hijo Hans Albert en una carta del 4 de noviembre de 1915 (publicada por elconfidencial.com un siglo después) relacionada con sus clases de música: «Toca lo que te guste, aunque la profesora no te lo asigne. Esa es la mejor manera de aprender, cuando estás haciendo algo con tal disfrute que no te das cuenta de que el tiempo pasa».
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