perdón

¿Qué es el perdón? ¿Hay muchas formas de perdonar? ¿Qué ética hay en el perdón? Los sentidos de la palabra «perdón» dependen de la situación, el lugar o el momento en que se solicita o se concede, quién realiza la petición o la concesión y ante quién lo hace. Analizamos los usos del perdón, lo perdonable y lo imperdonable, el perdón y la memoria...

La experiencia del mal marca a quien la sufre de maneras imprevisibles. Guardar silencio, desarrollar rencor, decidir perdonar o avanzar hacia la reconciliación no son partes de un proceso que se repita mecánicamente, sino opciones y posibilidades desde las que las víctimas afrontan, a veces de forma inconsciente, su experiencia.

La reconciliación es, según la Real Academia de la Lengua, el acuerdo de los ánimos desunidos. Esa desunión la vemos especialmente cuando se ha cometido un agravio o un daño hacia alguien que pasa a ser una víctima. En este contexto, la posibilidad del perdón entra en escena. Pero ¿perdón y reconciliación son equivalentes?

Perdonar ha sido visto a lo largo de la historia como una virtud. Las religiones convirtieron el perdón en una forma de «hacer las paces» con Dios y resarcir un pecado. Sin embargo, existe el perdón más allá del pecado y de estas visiones teológicas y no todos los enfoques en torno al pecado lo conceptualizan como algo necesariamente positivo.

¿Es posible que se produzca un perdón político? Llamamos perdón político a aquellos ejercicios de gracia del soberano hacia los condenados o aquellos gestos de la comunidad o el Estado hacia el culpable de alguna acción dolosa o delictiva. Pero este perdón es muy distinto a lo que conocemos como perdón personal, entre individuos. Tanto que su propia existencia y utilidad resulta, como veremos, dudosa.