Algunos profesores somos incorregibles y, además de las tareas del curso, no dejamos de pensar en más para las vacaciones. Menos mal que estos deberes filosóficos se confunden con los placeres; porque lo son. No dejes de practicarlos y en septiembre te volverás a encontrar en la mejor forma filosófica después de haber pasado un verano memorable.
Por Eduardo Infante, profesor de Filosofía
Pleno verano. Si eres estudiante, hace tiempo que acabó el curso y ya son historia los libros de texto, los cuadernos o lo que hayas usado para aprender las asignaturas. Los primeros ya están guardados, y para las segundas igual ha comenzado ya el olvido. Si no lo eres, algo habrás aprendido este año, ¿no? Qué suerte tiene la filosofía, siempre orgullosa, que no depende de nada ni de nadie, que se viene conmigo y se va contigo de viaje, de vacaciones, de fiesta y de siesta. Si la has conocido, sabrás que esto es así, así de inevitable, así que acéptala y acepta también estos consejos de refuerzo (que no de esfuerzo).
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