Suscríbete

Una teoría de la dignidad

1 comentario

«La dignidad ha venido a ser en los últimos años una idea tan abarcante y magnética dentro de mi literatura que merecía un estudio monográfico aparte», escribe Gomá.

1 comentario

Reseñamos Dignidad, el último libro del filósofo Javier Gomá, que publica Galaxia Gutenberg. Una apuesta por profundizar sobre el concepto de la dignidad, tan cacareada y citada por todos como poco estudiada en su verdadera dimensión.

Por Jaime Fernández-Blanco Inclán

Dignidad, de Javier Gomá Lanzón (Galaxia Gutenberg).
Dignidad, de Javier Gomá Lanzón (Galaxia Gutenberg).

El último libro del filósofo Javier Gomá (Bilbao, 1965) gira en torno a una de las cuestiones más íntimas de nuestra humanidad, y curiosamente, más abandonadas en apariencia: la dignidad. No es que fuera un tema desconocido para el filósofo vasco, pues ya lo había abordado en algunas de sus obras anteriores. Como explica el mismo autor en las primeras páginas, la primera razón de este libro ha sido «la constatación de que la dignidad (…) ha venido a ser en los últimos años una idea tan abarcante y magnética dentro de mi literatura que merecía un estudio monográfico aparte».

Publicidad del Ayuntamiento de Barcelona: Decidim. En què invertir els Pressupostos Participatius a la nostra ciutat. Entra! Participa!
PUBLICIDAD

Qué cuenta

Lo que Gomá no se esperaba, o al menos eso parece a tenor del tono del libro, es que al concepto de dignidad no solo parecía no habérsele prestado la atención debida, sino que estaba, a un nivel teórico, completamente vacante. Y eso no deja de ser algo tremendamente curioso, porque lo cierto es que la palabra dignidad está por todas partes. Todos hacen referencia a ella, asoma en debates sobre justicia e inspira innumerables debates éticos. ¿Cómo es posible entonces?

A pesar de ser citada y reivindicada por todo el mundo, pocos son los que han tomado la decisión consciente de investigar el concepto de la dignidad y ofrecer un modelo teórico sobre ella. Gomá toma esa tarea en el libro y la enfrenta, sabedor de que, aunque se aprecia una cierta reviviscencia del interés por la dignidad en la última década, particularmente en su dimensión histórica y aplicada, «aún permanece sin definir, pendiente de pensar por la filosofía».

«Viendo ese estado de abandono teórico del concepto (…) me ha parecido oportuno proceder a ocuparlo y apropiármelo, como se hace ante las cosas sin dueño». Javier Gomá

La influencia de la dignidad en nuestra historia puede no tener parangón, más aún si hablamos del pasado siglo XX y este XXI que ahora vivimos. Apelando a ella se ha ayudado a tirar abajo problemas que parecían insalvables y se han logrado grandes avances morales que se han traducido en mayores derechos y mejor libertad en muchos puntos de nuestro planeta. Pero, pese a todo ello, la realidad es que la filosofía nunca ha parecido querer convertirla en un tema puramente filosófico, y han sido muy pocos los autores que han tratado de establecer una «teoría de la dignidad», de ahí que este libro venga al rescate de la cuestión para darle la importancia que merece.

Por qué leerlo

Ciertamente, esta obra de Gomá nace con un objetivo muy claro: invitar al lector a reconocer su propia dignidad, llamar su atención respecto al valor que, como individuo (la idea que se expresa en el libro es la dignidad individual, personal, que es la verdadera, primera y suprema), tiene; despertándolo, además, al «sentimiento de su propia existencia». Y, por otro lado, reivindicar el papel de su opuesto, la indignidad, «como resorte de una revolución moral permanente».

Ya en Grecia y Roma la cuestión fue importante para muchos pensadores y filósofos que quisieron ver la dignidad como algo innato de los seres humanos. Más allá de su condición, fueran hombres o mujeres, niños o adultos, ricos o pobres, guapos o feos, toda persona dotada de razón –cualidad mediante la cual universalizó la dignidad el jurista, orador, político y filósofo romano Cicerón, diferenciando a los hombres de «las bestias»– posee dignidad por el hecho de serlo.

La idea que se expresa en el libro es la dignidad individual, personal, que es la verdadera, primera y suprema. El autor busca despertar al lector al «sentimiento de su propia existencia»

Normalmente encontramos tres tipos de posiciones sostenidas al respecto de este tema. Por un lado, los que creen que en este mundo infecto no existe más que la miseria, sin rastro alguno de dignidad. Después estarían los que apuestan por un punto medio, es decir, aquellos que defienden que existe miseria en el mundo, pero también dignidad. Dos realidades inseparables e innegables. Y, por último, los partidarios declarados de esta última, quienes «solo tienen ojos para la excelencia y prestancia de la dignidad del hombre», desentendiéndose del resto de ideas.

En cuanto a la estructura del libro, queda bien delimitada, afrontando la cuestión desde todos los puntos de vista. En primer lugar, haciendo referencia a la historia y la esencia de la dignidad, tanto en su dimensión ética/jurídica, como en la ontológica y existencial. Más adelante, el libro ofrece una clasificación de las distintas clases de culturas y sus características, siempre bajo la «tensión» entre la dignidad y el precio a pagar por ella. En sus últimos pasajes, el libro se traslada a la esfera pública, donde propone un ideal de república regida por la ley de la amistad, en la que la coacción jurídica no sea necesaria para que los ciudadanos miembros se respeten entre ellos. Y finaliza el autor con un ejercicio de filosofía con la historia de España como telón de fondo, para escenificar un proceso de dignificación colectiva «tardía, pero ejemplar».

Una lectura apropiada para todos los seguidores del conocido filósofo vasco, especialmente aquellos que se quedaran con ganas de más tras sus reflexiones acerca de este tema reunidos en su famosa Tetralogía de la ejemplaridad.

Otros artículos que te pueden interesar

Una respuesta

  1. Avatar de Benito
    Benito

    En relación con el párrafo…
    «Ya en Grecia y Roma la cuestión fue importante para muchos pensadores y filósofos que quisieron ver la dignidad como algo innato de los seres humanos. Más allá de su condición, fueran hombres o mujeres, niños o adultos, ricos o pobres, guapos o feos, toda persona dotada de razón (…) posee dignidad por el hecho de serlo».
    sería interesante analizar cómo congeniaban en la Antigüedad las ideas de ‘dignidad’ y de ‘esclavitud’.
    Esta dicotomía llegó a extenderse hasta los padres fundadores de los Estados Unidos, muchos de los cuales se declaraban cristianos. Sería interesante analizar hasta qué punto los conceptos de ‘dignidad’ y ‘persona dotada de razón’ han ido modificándose en función de los contextos (histórico y cultural) y del encuentro con el otro.

Deja un comentario