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7 preguntas filosóficas a Adriana Ugarte

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Adriana Ugarte, en la presentación de «Heridas», la nueva serie de Atresmedia TV.

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A Adriana Ugarte podemos verla ahora en la nueva serie Heridas, de Atresplayer. Además de dedicarse a la interpretación, la actriz estudia Filosofía en la UNED (Universidad Nacional a Distancia). Dice que se acercó a esta disciplina porque es un terreno en continua discusión, que permite participar en el proceso de conocimiento.

1 ¿Por qué se acercó usted a la filosofía?

Las razones por las que me acerqué a los 18 años a la filosofía y las razones por las que me acerco ahora y sigo matriculada en la UNED no son las mismas. Cuando me acerqué a los 18 años, venía de cursar esa asignatura en el colegio y de sentir que me generaba cosas que no había experimentado.

No era una asignatura basada únicamente en la comprensión, el conocimiento y la memorización. Tampoco era una asignatura que tuviera que ver con la exactitud, como las ciencias exactas, como las matemáticas o la química, sino que para mí era, por aquella época que la tuve en el colegio, era una asignatura en la que tenía mucho que ver la sensibilidad, las vivencias y el cómo está uno en el mundo, porque le sirve para interpretar lo que está pasando y para intentar generar respuestas o soluciones.

Esta asignatura me hacía sentir que podía ser mucho más partícipe que en otras, donde me sentía un mero receptor. Me sentía más activa, como si la asignatura se hiciera en dos partes: lo que te propone el pensador y lo que tú opinas al respecto y puedes replicar o aportar nuevo.

Me gustaba la sensación de que la filosofía es una materia que permite ser confeccionada desde uno mismo. Es verdad que las ciencias también tienen esto, porque la ciencia es exacta hasta que se demuestra lo contrario y se avanza un poco más. En ciencia, se pone en entredicho lo anterior para seguir avanzando. Pero la filosofía tiene algo de alquimia constante o de poder cuestionarse constantemente que me parece que no tienen otros saberes.

La ciencia es indiscutible hasta que se discute y con otras letras se recibe un saber. Pero aquí el terreno es discutible constantemente, y eso es lo que me llevó a acercarme a esta carrera.

«La filosofía es una materia que permite ser confeccionada desde uno mismo. Tiene algo de alquimia constante o de poder cuestionarse constantemente que no tienen otros saberes»

2 ¿Cree que ese interés repercute de alguna manera en su profesión o en su forma de ser?

Sí. Creo que repercute para bien y para mal. Repercute positivamente porque no me suelo conformar con la primera respuesta que se me ocurre para una cuestión o la primera respuesta que me dan. Pero también repercute negativamente, porque ese inconformismo no siempre es muy positivo. El exceso de análisis puede apartarte del momento presente que estás viviendo y de disfrutar muchas cosas. A veces, estar encerrado en la reflexión y el análisis es una manera de escapar y huir. Una manera de no estar en el momento presente, que aporta muchísimas cosas.

3 ¿Qué libro filosófico le ha marcado y por qué?

Me han marcado muchos. Hay un libro que me viene a la mente que para mí es filosófico y que se llama El loco, de Khalil Gibran. Lo leí con 16 años. Era un libro que pertenecía a mi madre.

Me impresionó muchísimo, porque me parecía una manera súper desgarrada, directa y profunda de hablar de emociones y de cómo se está en el mundo. En esa época, además, que mi análisis y mi intensidad eran mayores que ahora y que tenía una manera muy pasional de vivir, este tipo de obras tan intensas, y por momentos quebradas, me marcaron mucho.

4 ¿Qué idea o pensamiento que usted tenga debería materializarse, no tardando mucho, por el bien de la humanidad?

Es difícil responder a esto, porque no creo que haya sido capaz de elaborar ningún pensamiento que pueda afirmar de manera tajante o categórica que puede ser positivo para la humanidad.

Todos los pensamientos que creo que pueden ser positivos para la humanidad son pensamientos que he escuchado o leído de otras personas. Sí que hay algo que es muy sencillo y muy bonito, pero difícil de conseguir. Una frase que constantemente me repite mi terapeuta: «Yo, aquí, ahora». Cuando te la repites hacia dentro intensamente y concentrada tiene una capacidad de reconectarte y hacer que salgas del callejón mental… Es un ejercicio de doma y amaestramiento de la mente que creo que a todos, en cierto modo, nos podría hacer bien.

5 ¿Qué idea comúnmente establecida en la sociedad debería desaparecer, no tardando mucho, por el bien de la humanidad?

De nuevo no me creo tan sabia ni tan capaz de determinar qué podría desaparecer. Pero sí hay algo muy establecido que nunca me ha gustado y que tiene que ver, en parte, con el patriarcado y la familia. Se da incluso en familias muy abiertas y modernas, lo que nos podría sorprender. Está también muy metido en el trabajo. Es la idea de jerarquía. Yo creo que es mucho más positiva una visión horizontal de la sociedad.

Creo que es muy importante creernos que todos los trabajos, absolutamente todos, son vitales y son necesarios para que un entorno funcione. Entonces, esta idea de «por encima y por debajo», o de escalones o niveles, no me gusta mucho. Creo que alimenta una seguridad falsa y una autoestima que se pudre por un ego descontrolado. Incluso se llega a vincular con los afectos. Creo que podría ser positivo abrirse a otras maneras de entender las funciones de cada persona y la interrelación que existe entre nosotros.

«Me tocan muchísimo los pensadores actuales que están ligados a la espiritualidad»

6 ¿Qué pensador actual le interesa particularmente y por qué?

Me gusta hacer este ejercicio porque, como soy muy analítica, dejarme llevar por la intuición y por estos primeros golpes me ayuda mucho. Me vienen, sin pensar mucho, dos pensadores que me gustan: Tara Brach y Pablo d’Ors. Hay otro que también me gusta mucho que se llama Yung Pueblo.

Los tres, de alguna manera, están relacionados con la meditación. Y conectan en la importancia de la introspección, de la parálisis mental provocada y de la necesidad de la autoconexión para la reconexión con los otros. Me tocan muchísimo los pensadores actuales que están ligados a la espiritualidad.

7 ¿Una frase que represente a Adriana Ugarte?

Os voy a decir un par: una frase que me representa a mí y una frase horizonte, que es a la que me agarro para salir de la que me representa. La que me representa sería esta: «Necesito ponerlo todo en duda para confiar en que una certeza es verdaderamente válida»; y la frase horizonte: «Utiliza lo anterior, pero no lo apliques al mundo de las emociones».

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