El escepticismo es la doctrina que asegura que la verdad no existe y que, en caso de que exista, el ser humano es incapaz de conocerla.
¿Qué es?
El escepticismo remite al problema filosófico de nuestra relación con el mundo externo fundamentalmente en lo que se refiere a lo que conocemos o podemos conocer de él. Además de un movimiento filosófico específico de claras connotaciones epistemológicas –la epistemología es la teoría de los fundamentos y métodos del conocimiento científico–, el escepticismo es el agente activo de la razón frente al irracionalismo organizado y, por tanto, una de las claves de la decencia cívica y social en palabras del gran biólogo evolutivo Stephen Jay Gould.
¿Cuáles son su origen y sus principales exponentes?
Algunos sofistas mantuvieron una actitud escéptica en el siglo V a. C. Es el caso de Gorgias de Leontini (483-378 a. C.), quien aseveraba que nada existe o que si algo existe no puede ser conocido, o que si algo existe y puede ser conocido, no puede ser comunicado. Durante el periodo helenístico, Pirrón (360-275 a. C.) difunde un mensaje escéptico referido fundamentalmente a la moral indicando que se puede vivir una vida feliz sin los valores tal y como habían sido concebidos en el pasado. Posteriormente, el escepticismo regresará al campo de la teoría del conocimiento, plasmado en filósofos de la talla de Hume, quien despertó a Kant de su “sueño dogmático” o de Bertrand Russell en su ámbito lógico-matemático
¿Cuál es su papel en la historia del pensamiento?
El escepticismo no puede entenderse sin su carga crítica contra el dogmatismo y la posibilidad del conocimiento absoluto. Desde Sócrates hasta las implicaciones filosóficas de conceptos como “indeterminación” o “incertidumbre” asociados a la actitud escéptica acerca de la existencia independiente de objetos atómicos al margen de la observación humana, el papel del escepticismo es inherente al del pensamiento crítico. La necesidad de estar en guardia permanente frente al dogmatismo, la pseudociencia o cualquiera de las posiciones irracionales que aún intentan seguir cabalgando por el campo del conocimiento sitúan al escepticismo como un postulado esencial.
Libro imprescindible
Michael Shermer, el autor del libro Por qué creemos en cosas raras (ed. Alba), editor asociado de la revista Scientific American y fundador de la Skeptics Society y de la revista Skeptic, denuncia de forma impresionantemente amena cómo las ideas más peregrinas e irracionales adoptan una supuesta “vestidura científica” para intentar dotarse de credibilidad. Abducciones extraterrestres, poderes telepáticos o la resurrección de los muertos aparecen unidas a términos como “pruebas”, “documentos” o “demostración”. En esa ceremonia de la confusión en la que se mezclan lo paranormal y lo normal o se identifican los objetos no identificables sólo ganan las ceremonias y la confusión. El libro va dedicado a Carl Sagan, autor de la magnífica conferencia La carga del escepticismo y defensor de la ciencia como una luz en la oscuridad.
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