Lo pulido
Lo pulido, pulcro, liso e impecable es la seña de identidad de la época actual. Es en lo que coinciden las esculturas de Jeff Koons, los iPhone y la depilación brasileña. ¿Por qué lo pulido nos resulta hoy hermoso? Más allá de su efecto estético, refleja un imperativo social general: encarna la actual sociedad positiva. Lo pulido e impecable no daña. Tampoco ofrece ninguna resistencia. Sonsaca los «me gusta». El objeto pulido anula lo que tiene de algo puesto enfrente. Toda negatividad resulta eliminada.
También el smartphone obedece a la estética de lo pulido. El smartphone modelo «G Flex», de la marca LG, viene incluso recubierto de una capa que se autorrestituye, es decir, que hace que desaparezca todo rasguño, todo rastro de daño al cabo de muy poco tiempo. Es, por así decirlo, invulnerable. Su recubrimiento artificial mantiene al smartphone siempre pulido. Además, ese modelo es flexible y dúctil. Está levemente combado hacia dentro. Así es como se amolda a la perfección al rostro y al glúteo. Esta capacidad de amoldarse y esta falta de resistencia son rasgos esenciales de la estética de lo pulido.
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