El profesor de filosofía y poeta Luis Alfonso Iglesias Huelga publica un libro errante que va de un tema a otro avanzando a ritmo de reflexiones y de juegos de palabras. Editado por Alfabeto, La ética del paseante. Y otras razones para la esperanza es perfecto para descubrir en las calles que ansiábamos pisar nuevas avenidas como la del sosiego o la gratitud. Lo explica en esta entrevista, de modo que, como escribe en su introducción, «salgamos a pasear entre la incertidumbre, sin temor ni temblor».
Por Pilar G. Rodríguez
No podía saber Luis Alfonso Iglesias Huelga cuando escribió su libro La ética del paseante —editado por Alfabeto— que frases como «quien se detiene es sospechoso porque precisamente solo desde la quietud se engendra la razón crítica» se volverían literalmente ciertas. Fue cierta, rigurosamente, la primera parte: en un tiempo bien reciente había que estar en la calle para hacer algo, para dirigirse a algún sitio, más que nunca había que tener objetivos, porque si no, lo mejor era quedarse en casa. Entonces entraba en juego la segunda parte del enunciado: «Solo desde la quietud se engendra la razón crítica». Y quietud, lo que se dice quietud —salvo en los hospitales—, sí hubo bastante; forzada y forzosa, pero quietud igualmente. Lo que está por ver es que seamos capaces de transformar ese estado y esa quietud en razón y en razón crítica. Y qué bien vendría, después de este extraño paréntesis de quietud, salir al mundo con ganas de pasear y de hacerlo de una manera y con una mirada nuevas o renovadas. Después de la cuarentena llegó el momento del paseante y ojalá lo sea también de esta ética del paseante, que incorpora en su camino otras razones para la esperanza.
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