El filósofo mexicano Mauricio Beuchot señala que necesitamos las humanidades precisamente para tener una vida verdaderamente humana, digna de ser vivida. Y, añade, en las humanidades es donde más utilizamos la hermenéutica. Él es un experto en este campo, que vertebra esta entrevista. Beuchot explica en qué consiste la «hermenéutica analógica», por qué es necesaria y por qué es actual, pese a las sospechas que, en un primer momento, pueda evocar el término «analógico».
Por Miquel Seguró
El filósofo mexicano Mauricio Beuchot (Torreón, Coahuila, 1950) ha levantado su corpus filosófico alrededor de la noción de signo y de su interpretación. La ha llamado «hermenéutica analógica», que, dicho así, puede dar cierto respeto –si no miedo– a quien no esté muy familiarizado con la materia, pero no es para tanto. Como él explica, si la vida es interpretación, entonces la existencia es hermenéutica. Y para él debería ser también analógica, alejada de los extremos del cientificismo y el subjetivismo a ultranza. Debería buscar el equilibrio, porque en ese punto, tal y como Aristóteles explicó, es donde se encuentra con la virtud.
Repasamos la trayectoria del filósofo mexicano, investigador en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, la Universidad Nacional Autónoma de México, y fundador del Seminario de Hermenéutica. Es especialista en semiótica, filosofía del lenguaje y hermenéutica y tiene numerosas publicaciones en estas materias. Además, es poeta, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y uno de los filósofos mexicanos contemporáneos más reconocidos.
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