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F+ Reyes Mate: “La memoria es siempre memoria de las víctimas”

Dosier: Víctimas y victimismo (Parte 4)

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El filósofo Reyes Mate es una de las cabezas pensantes que, en España, se han ocupado de las víctimas en sentido extenso con mayor profundidad, rigor y respeto. Sus palabras no podían faltar en un dosier dedicado a este tema. © Ana Yael.

El filósofo Reyes Mate es una de las cabezas pensantes que, en España, se han ocupado de las víctimas en sentido extenso con mayor profundidad, rigor y respeto. Sus palabras no podían faltar en un dosier dedicado a este tema. © Ana Yael

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Las víctimas son el núcleo de la investigación que Reyes Mate ha convertido en trayectoria vital en las últimas décadas. Su nombre está ligado a ellas y a conceptos como memoria, historia, justicia… De todo ello hablamos en esta entrevista, pero también de futuro, reconciliación y perdón. Son palabras menos comunes en los discursos públicos, pero tendrán que empezar a oírse y a debatirse si de verdad la implicación con las víctimas, el pasado y la justicia va en serio.

Retrato de Reyes Mate por cortesía de Trotta, la editorial donde ha publicado buena parte de su obra.
Retrato de Reyes Mate por cortesía de Trotta, la editorial donde ha publicado buena parte de su obra y que también ha sido importante en su vida.

Las palabras memoria y política están en el título del blog que recoge prácticamente todo lo que Reyes Mate ha hecho en y de su vida. Son sus personales Stichwörter, un término alemán que se deja traducir por “palabras clave”, aunque también puede significar “rótulo” o “lema”. Le falta quizá una para hacer pleno: “religión”. Por allí empezó todo o, si no todo, todo, sí la andadura intelectual de Reyes Mate, quien como niño de 10 años comenzó sus estudios con los dominicos. Le siguieron los estudios de Filosofía ya en Madrid, donde Mate descubrió ciertos espacios o grietas de libertad que en París, su siguiente destino (sin salir de la órbita de los dominicos), se hicieron boquete. Ejemplo práctico: allí descubrió que no había libros prohibidos, que “eso era cosa de Roma y España”, como le explicó el bibliotecario y tutor bajo cuyo cargo estaba. Comprender que siempre había cierto margen, zonas de exclusión donde pasaban cosas importantes –si no las más importantes– fue una enseñanza que Reyes Mate asumió de forma personal y radical, más allá de los libros y la anécdota del bibliotecario.

Tras un breve y anodino paso académico por Roma, la siguiente gran cita será Münster y tendrá un nombre propio, el del teólogo Johan Baptist Metz. De ahí salió el Reyes Mate que conocemos hoy, con sus intereses en la memoria, en las víctimas, el holocausto, la responsabilidad respecto al pasado, el sentido y el lugar político de la religión… Salió con maestros de enseñanza y sugerencia inagotables con Walter Benjamin a la cabeza de todos ellos. Salió por fin el estudioso, el investigador, pero también el hombre comprometido con su tiempo y sus conflictos (el terrorismo de ETA, la recuperación de la memoria histórica) al que quisimos entrevistar. Lo encontramos al frente del Seminario de investigación sobre el sufrimiento social y la condición de víctima que desde hace más de dos décadas desarrolla el Instituto de Filosofía del CSIC. El ciclo se ocupa de todas ellas por extenso y por igual: desde las víctimas del holocausto hasta las de delitos sexuales en la Guerra Civil, pasando por las víctimas de accidentes de tráfico, todas comparten rasgos, derechos, traumas, reivindicación y dignidad. Las víctimas están en el centro de la “indignación existencial contra la injusticia” que según el propio Mate ha guiado sus pasos. Y son iguales. Y por ahí comenzamos.

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El hilo conductor de la trayectoria de Reyes Mate ha sido la «elaboración más o menos teórica de una indignación existencial contra la injusticia»

¿Entonces las víctimas no tienen castas? Porque a veces sí parece…
Son iguales en su esencia: la de ser objeto de una violencia inmerecida. Iguales, por ejemplo, las del bando franquista que las del republicano. Lo que sí es distinto es la significación política. Las republicanas eran para el Estado republicano “delitos”, algo que perseguir, mientras que las del bando franquista formaban parte de la estrategia. La significación política es distinta, pero en el hecho de ser víctima todas son iguales todas y merecen igual respeto y reconocimiento.

Víctimas ha habido siempre, solo que eran invisibles, “insignificantes” como decía Hegel, el precio del progreso. En nuestro tiempo eso ha cambiado: se han hecho visibles y ya no se puede aceptar esa teoría de que son el inevitable precio del progreso.

No la aceptamos, de acuerdo, y hablamos de responsabilidad respecto a ellas, a todas ellas. A esta responsabilidad tan extensa Benjamin la denomina “responsabilidad o política mesiánica”. ¿Tiene algún límite? ¿Es viable?
Hay que diferenciar entre culpa y responsabilidad. Las culpas son personales e intransferibles. No pagan los hijos las culpas de sus padres, no deben pagarlas. La responsabilidad, en cambio, puede ser colectiva y transmisible. Los hijos y los nietos de los nazis, las generaciones actuales, son responsables política y moralmente de lo que hicieron los abuelos o los padres y siguen pagando la factura incluso en términos económicos, indemnizando, pero también reconociendo lo que hicieron, lo que pasó.

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