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Dosier — el perdón

F+ El silencio y los tiempos del perdón

La experiencia del mal marca a quien la sufre de maneras imprevisibles. Guardar silencio, desarrollar rencor, decidir perdonar o avanzar hacia la reconciliación no son partes de un proceso que se repita mecánicamente, sino opciones y posibilidades desde las que las víctimas afrontan, a veces de forma inconsciente, su experiencia.

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El silencio es una parte del proceso de afrontar el daño que otros nos hacen. Forma parte de la experiencia de víctimas y victimarios. Diseño a partir de imagen generada por Inteligencia Artificial Dall-E 2, el 15 de abril de 2024 y elementos de Canva Pro.

El silencio es una parte del proceso de afrontar el daño que otros nos hacen. Forma parte de la experiencia de víctimas y victimarios. Diseño a partir de imagen generada por Inteligencia Artificial Dall-E 2, el 15 de abril de 2024 y elementos de Canva Pro.

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El silencio de lo innombrable

Las víctimas morales son las que sufren algún tipo de daño o violencia siendo inocentes, injustamente. Ese hecho y el sufrimiento que genera es lo que las convierte en víctimas y en victimarios a quienes lo provocan.

La experiencia del mal extremo marca para siempre a la víctima con una herida infinita; abre una grieta en su vida, instaurando un antes y un después. También introduce una brecha en el espacio que se habita y en el cuerpo: deja una señal, una cicatriz que recuerda una herida difícil de sanar. Esta vivencia interrumpe la vida, mientras la de los demás sigue su curso. Tras regresar del infierno, si es que se logra, es muy difícil acompasarse al ritmo cotidiano de quienes no han experimentado lo mismo.

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