«El futuro no es un espacio vacío; es como el pasado, es un aspecto activo del presente. Pensar en el futuro equivale a cambiar el hoy». Son palabras de Sohail Inayatullah, politólogo y futurista, primera cátedra UNESCO de Estudios sobre el Futuro. Uno de los activos que los estudios de futuros aportan a la creación de conocimiento es la capacidad de pensar en alternativas. Es crucial crear futuros alternativos. Lo que distingue el pensamiento de futuros de otros enfoques es su enfoque en futuros (plural) y no en futuro (singular).
Por Isabel F. Peñuelas
En lugar de intentar predecir lo que sucederá con precisión —por ejemplo, si las tasas de interés van a subir o a caer, o las posibles modificaciones en los valores de cambio de divisas—, los estudios de futuros se centran en diseñar escenarios y en crear diferentes historias sobre el futuro. Son útiles para abrirnos al futuro, crear diferentes posibilidades, hacer que el presente sea memorable, permitir la emergencia de cosas nuevas, planificar y evitar el peor de los casos posibles, desafiar a la rutina empresarial o simplemente para generar pensamiento creativo.
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