Uno de los principales conflictos filosóficos que atravesó el siglo XX y aún perdura, el de la identidad, no parece ir con Carlos Goñi, que es él mismo –aquel que con 18 años empezó a componer guitarra en mano– y es Revólver también. En este 2020 celebra sus 30 años en la música con nueva gira. Hablamos con él para saber la importancia que la filosofía ha tenido en su trayectoria y afina: habla de curiosidad, del porqué de las cosas, del respeto a la opinión contraria y a los contrarios…
1 ¿Por qué se acercó usted a la filosofía?
Pues imagino que como casi todos, por una cuestión de curiosidad que llega a lo enfermizo. Pura necesidad de saber, conocer e intentar entender el porqué de las cosas aun a sabiendas de que va a ser imposible, pero eso sí: el viaje es apasionante. Me ocurre igual con la historia, es necesario entenderla, pero no creo que deba juzgarse con el seso de hoy día; eso es un error, nunca va a cuadrar. Curiosamente, la filosofía sí puede verse con los ojos del presente más allá de cuando se trazaron sus conceptos; al menos así lo veo.
2 ¿Cree que ese interés repercute de alguna manera en su profesión o en su forma de ser?
Absolutamente. De otra manera no tendría ningún sentido más allá del puramente lúdico que conlleva el acto de leer en sí que, dicho sea de paso, es maravilloso. Pero por esa única cuestión prefiero otro tipo de lectura. Particularmente no se me ocurriría leer algo para aprender un par de sentencias más o menos brillantes y quedar bien. Se trata de interiorizarlo, deshuesarlo hasta el tuétano y que pase a tu pertenencia. Y ya con él bien dentro, gobernarte lo mejor que puedas.
3 ¿Qué libro filosófico le ha marcado y por qué?
Pues no fue uno, fueron dos: Ensayos, de Michel de Montaigne, y El criticón, de Baltasar Gracián. Aún así, reconozco que el primero me mató. Precisamente de Montaigne aprendí lo estéril de leer sin poner en juego lo leído. Es algo en lo que hace un hincapié mayúsculo. Por otra parte, que en el siglo XVI alguien pusiera en jaque conceptos culturales y morales muy profundos, haciendo ver que lo que en nuestro entorno es habitual, a mil kilómetros es absolutamente abominable, y a la inversa, me resultó extraordinariamente moderno; inclusive a día de hoy.
Y respecto a El criticón, pues qué decir… Que debería ser obligatorio su estudio en los colegios.
4 ¿Qué idea o pensamiento suyo debería materializarse, no tardando mucho, por el bien de la humanidad?
El respeto a la opinión contraria. El respeto a lo que no se comparte. Estos libros, y otros tantos, me enseñaron a revisar por qué pienso como pienso cuando el de enfrente no es de la misma opinión; jamás a intentar convencerle de que la buena es la mía. No siempre ha de prevalecer un pensamiento sobre otro, la convivencia de ambos no es que sea posible, es que es necesaria, siempre y cuando ninguno de los dos lleve en los genes la exclusión del otro.
5 ¿Qué idea comúnmente establecida en la sociedad debería desaparecer, no tardando mucho, por el bien de la humanidad?
Pues justo lo dicho anteriormente. El no excluir, el no juzgar por una simple cuestión de pareceres.
6 ¿Qué pensador actual le interesa particularmente y por qué?
Uff… Acabo de descubrir a José Cadalso, que no es precisamente de hoy por época, pero sí lo es por enjundia. Enamoramiento a primera vista.
7 ¿Una frase que le represente?
Jajajaja, me fascinan Heráclito y Pessoa, con lo cual, muchas; y su reverso. Aún así creo que intento que me represente mi expresión favorita: lo cabal.
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