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Número 14

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NÚMERO 14

Dosier

¿Quién maneja el poder?

Filosofía para comprender el mundo del siglo XXI y sus laberintos

F+ ¿Quién decide qué es buen arte? Hume responde

¿Tiene más valor estético el «Ulises» de Joyce que una película de sobremesa? ¿Por qué «deberían» gustarme las grandes obras de arte? ¿Por qué esforzarnos en valorar lo que los grandes críticos valoran si yo, como una persona normal y mediocre, disfruto con otras cosas? De la mano de David Hume abordamos uno de los aspectos principales del arte en nuestra sociedad: qué es una buena obra de arte y quién lo decide. 

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¿Cómo resolver las disputas en torno a lo que nos parece buen arte? ¿Hay alguna forma de disipar el disenso? Imagen de Freepiks (licencia CC).

¿Cómo resolver las disputas en torno a lo que nos parece buen arte? ¿Hay alguna forma de disipar el disenso? Imagen de Freepiks (licencia CC).

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Desde el nacimiento de la sociedad moderna, y con la generalización de la experiencia estética en la sociedad masas, el arte ha ido incubando un problema que no podemos ignorar más: ¿es mi parecer un criterio suficiente para establecer la valía artística de una obra? ¿O, por el contrario, hay grandes obras de arte independientemente de lo que a mí me hagan sentir? Pero, de ser así, ¿quién pone los baremos sobre lo que es o no el buen arte? ¿Los museos? ¿Los expertos? ¿La tradición?

Este es un problema que lleva entre nosotros desde el comienzo de la modernidad. Hume, célebre filósofo ilustrado, abordó este tema y supo ver las enormes contradicciones que traía consigo. Examinemos en primer lugar de dónde nace este problema y repasemos algunas nociones básicas de la teoría estética de Hume.

¿Belleza en el objeto o en la percepción del sujeto?

Desde los antiguos griegos, la tradición occidental ha abordado la belleza de forma racionalista y con criterios puramente formales. Se decía que la belleza era la armonía del cuadro, la proporción entre las formas u otros criterios similares. Sin embargo, el empirismo británico abandonó este sendero y apostó por defender que la belleza no está en el objeto (como no lo están los colores, por ejemplo), sino que es una percepción del sujeto que observa el mundo.

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