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Número 13

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NÚMERO 13

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En busca del sentido de la vida

Frankl, Nietzsche, Zambrano, Nussbaum y otros pensadores

F+ «Crítica de la razón pura»: el comienzo de una nueva era de la filosofía

«La crítica de la razón pura» es la obra cumbre de Kant y el punto de partida de toda una reflexión relativa a la crisis de la metafísica y de los valores absolutos y eternos. Plantea la necesidad de construir la vida humana, el conocimiento y la moral en torno a coordenadas más situadas y menos abstractas y fundamenta una nueva manera de entender el conocimiento.

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La «Crítica de la razón pura» supuso un cambio de paradigma en la filosofía. Diseño a partir de imagen de dominio público, extraída de Wikimedia Commons.

La «Crítica de la razón pura» supuso un cambio de paradigma en la filosofía. Diseño a partir de imagen de dominio público, extraída de Wikimedia Commons.

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Crítica de la razón pura, de Immanuel Kant. Trad.: Pedro Ribas (Taurus).

Kant publicó dos ediciones de la Crítica de la razón pura, ambas poco antes de la Revolución francesa. En la segunda edición trató de hacer el texto más claro y concreto, aunque también introdujo algunos cambios, que dieron lugar a profundas polémicas filosóficas sobre el sentido de la obra.

Todos los que hemos estudiado Filosofía coincidimos en una cosa: tenemos un ejemplar de la Crítica de la razón pura manoseado, lleno de pósits y subrayados, ajado en algunas páginas debido al fervor con el que uno no puede evitar leer algunos pasajes y, en mi caso, plastificado por «lo que pueda pasar» (pensándolo bien, ¿qué podría pasar?).

Todas las ediciones de la Crítica de la razón pura son distintas: hay quien tiene una edición bilingüe o una u otra traducción. Aquí estamos usando la traducción de Pedro Ribas, pero, para facilitar al lector la búsqueda de las citas en su propia edición, hemos usado la citación clásica: tras cada fragmento citado entre paréntesis aparecerá un paréntesis de este estilo: (A50 B74), donde A y B hacen referencia a las ediciones primera y segunda y los números al fragmento. Esta nos parece la forma más sencilla de identificar diferencias de traducción y de matiz entre ediciones y contribuir a seguir generando debate y diálogo sobre la interpretación de la obra de Kant.

Prólogos de la «Crítica de la razón pura»: declaración de intenciones de Kant

Tal vez los fragmentos más conocidos de la obra kantiana surgen, precisamente, de los prólogos que le hizo a la Crítica de la razón pura en su primera y segunda edición, unos prólogos donde Kant aborda las paradojas de la razón humana y se propone acometer la difícil tarea de discernir sus límites.

En el prólogo a la primera edición, escrito en 1781, Kant comienza planteando que el impulso humano de preguntarse todo tipo de cosas que no es capaz de responder la ubica en una encrucijada. En este sentido, la metafísica ha sido durante mucho tiempo, señala, un terreno de disputas interminables y estériles: donde la ciencia era capaz de encontrar certezas y «avanzar», el estudio filosófico del ser se encallaba permanentemente en métodos, como el dogmatismo racionalista o el empirismo ramplón, que han resultado ser un fracaso en lo que a alcanzar conocimiento se refiere y ha desprestigiado la metafísica.

Kant propone someter a la razón a una crítica o examen de sus propias capacidades, límites y fundamentos. Para eso, considera necesario constituir una suerte de «tribunal» que juzgue las pretensiones de la razón y distinga qué conocimientos son legítimos y cuáles son opiniones azarosas que no nos aportan saber alguno. Este tribunal no puede fundarse en autoridades externas ni en la sola experiencia empírica, sino en las propias leyes inmanentes de la razón, que están por descubrirse a lo largo de la Crítica de la razón pura.

En el prólogo a la primera edición de la Crítica de la razón pura, escrito en 1781, Kant plantea que el impulso humano de preguntarse todo tipo de cosas que no es capaz de responder la ubica en una encrucijada

Desde el prólogo se aclaran dos objetivos: por un lado, que el fin de la Crítica de la razón pura es «atreverse a saber», al conocimiento y al pensamiento. Tirarse a la piscina de lo que puede la razón, y no solo a la de lo que intuye o lo que percibe por los sentidos. Por otro lado, la Crítica de la razón pura no se presenta como un manual de metafísica, sino como una propedéutica: evalúa las condiciones de posibilidad de la metafísica como ciencia, determina si puede serlo, bajo qué condiciones y con qué límites.

La crítica: propedéutica de la filosofía

Según la Encyclopedia Herder, se entiende por propedéutica «toda ciencia o todo conocimiento sistemático que se lleve a cabo como introducción o ‘preparación’ a otra ciencia». La Crítica de la razón pura trata de ser propedéutica en el sentido de buscar lo que Kant denomina «condiciones de posibilidad» de la metafísica. Otro ejemplo que usa Kant es la lógica, que es propedéutica para cualquier otro estudio (la denomina «vestíbulo» de las ciencias).

En el prólogo a la segunda edición de la Crítica de la razón pura, escrito en 1787, Kant comienza cuestionando si los conocimientos que la razón ha alcanzado supuestamente son el «camino seguro de la ciencia», en la línea con lo que ya planteara en el primer prólogo, y vuelve a plantear que entre los metafísicos existen enormes desacuerdos debido a que en la filosofía no se ha dado una revolución metodológica como la que sí han sufrido las matemáticas o la física.

En este contexto, la Crítica de la razón pura tiene el propósito de investigar las «condiciones de posibilidad del conocimiento a priori», es decir, del conocimiento que proviene de la razón pura y no de la experiencia. Frente a lo que afirmaría un racionalista puro, Kant señala que la lógica formal, aunque es necesaria, no basta para caracterizar este conocimiento a priori, porque no da información sobre los objetos del mundo, sino de cómo es el pensamiento mismo.

Pero la verdadera tarea de la ciencia no es dar solamente cuenta de cómo funciona la mente, sino de qué podemos conocer a priori de los objetos que nos rodean, sin tener una experiencia concreta de ellos. En este prólogo Kant introduce también la distinción entre el conocimiento teórico (de las cosas que son) y el práctico (de cómo deben ser), planteando que deben analizarse las partes «puras» de los dos tipos de conocimiento.

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