La distopía nos ha calado hasta los huesos
«Ayudamos a compañías a construir sus futuros preferidos»
Lema de la empresa Sci Futures
Una mañana el CEO de la ingeniería Arup, una gran empresa con 92 oficinas en 37 países, estaba mirando las noticias en el móvil y se cruzó con un informe de la Comisión Europea. El informe explicaba que hay un 75 % de posibilidades de que se desaten guerras por el agua en los próximos años; el mapamundi donde señalaba las probabilidades en cada territorio con distintos colores era bastante alarmante.
Pudo ser esta u otra noticia, o tal vez no estaba leyendo las noticias, pero lo que es más que probable es que el CEO se preocupó por cómo la inestabilidad del futuro más cercano podía afectar a su negocio. Así que llamó, o probablemente mandó llamar, a Tim Maughan, un escritor y periodista experto en tecnología, y lo contrataron para que escribiera cuatro historias con las que imaginar, o más bien prever, cuatro posibles futuros en treinta años.
Este encargo es totalmente verídico; de hecho, una de ellas se convirtió en la novela distópica Detalle infinito. Efectos colaterales (2022), en la que distintos personajes tratan de salir adelante en un escenario en el que internet ha colapsado de forma permanente, no existen los lujos y el cambio climático ha avanzado terriblemente. Además, Maughan también ha colaborado con la Organización Mundial de la Salud para pensar posibles pandemias futuras. Porque las instituciones públicas también se sirven de escritores para prever posibles futuros.
Por eso la OTAN y Coca Cola comparten empresa, Sci Futures, en la que escritores y otros expertos generan narrativas para vender productos o políticas, ayudan a imaginar posibles escenarios y también a modelarlos. «Ayudamos a compañías a construir sus futuros preferidos» es su lema.
La distopía nos ha calado hasta los huesos. Es encender la televisión, abrir la red social X antes conocida como Twitter y pensar «el presente es distópico». Las imágenes que nos llegan hablan de guerras, genocidios, crisis climática, económica y social, cuando aún late el recuerdo de la pandemia de la covid-19. Cada día nos entrenan para esperar con ansiedad la siguiente ruptura, el siguiente crack de este sistema decadente, mientras se empuja fuera de lo pensable cualquier alternativa al capitalismo.
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