Platón (427-347 a. C.) es uno de los filósofos más importantes de la historia de Occidente. Discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, fundó en Atenas uno de los primeros centros filosóficos: la Academia. Aunque la mayoría de sus obras se han perdido, conservamos algunos de sus textos escritos de forma dialógica. De sus diálogos, La república es su libro más importante.
Cada diálogo de Platón tiene un tema principal. Así como los temas centrales de otros diálogos son la belleza o el lenguaje, el objetivo fundamental de La república es dirimir qué es la justicia. En otras palabras, La república es un diálogo fundamentalmente político. Antes de entrar en el contenido, es importante señalar que el título actual proviene de la traducción de Cicerón (Res Pública). El título original de la obra de Platón es Politeia, que significa «lo referente a la ciudad».
Como en el resto de sus diálogos, el personaje principal de esta obra es Sócrates. Al ser La república un diálogo de madurez, los expertos están de acuerdo en afirmar que las palabras puestas en boca de Sócrates son las teorías del propio Platón, aunque hasta qué punto podemos afirmar tajantemente tal cosa es todavía objeto de debate.
En busca de una definición de la justicia
(Libro I)
En este primer libro, Sócrates dialoga con Céfalo. Céfalo es el primer personaje en dar una definición de justicia: para él, la justicia es obedecer las leyes y pagar las deudas. Sócrates, haciendo gala de su actitud de filósofo, pone algunas objeciones a esta definición: ¿acaso no hay leyes que son injustas y acciones ilegales que son justas?
Después de la refutación socrática, toma la palabra Polemarco, el hijo de Céfalo. Para Polemarco, la justicia es «hacer bien a los amigos y mal a los enemigos». Sócrates aprovecha la definición de Polemarco para introducir un aspecto que será crucial en la concepción platónica de la justicia: para saber qué hace bien a los amigos se requiere algún tipo de conocimiento.
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