¿Cuál es el principal reto de la filosofía, o sus principales retos, en estos tiempos de zozobra, inseguridad e incertidumbre en todo el mundo?
Olga Amarís Duarte. Filósofa y traductora española
Olga Amarís Duarte es doctora en Filosofía por la Universidad Ludwig-Maximiliams de Múnich (Alemania) y licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad Complutense de Madrid (España). Ha cursado estudios de máster en Literatura Comparada y en Filosofía de las Religiones. Ha publicado libros y numerosos artículos científicos.
«La Filosofía, en estos tiempos de crisis, anda con ventaja sobre el resto de doctrinas en virtud de su origen. Nació en la matriz de la zozobra, al calor de la incertidumbre y bajos los auspicios de la inseguridad. De ahí que, en tiempos convulsos como los actuales, se sienta como en casa y deambule de aquí para allá queriendo ser la primera en enterarse de lo que ocurre. A mi entender, ese sería el primer reto, dar a conocer el carácter pionero de la Filosofía y su idoneidad como morada desde la cual lanzar la mirada hacia lo desconocido. Pero una mirada amplia, en perspectiva. La persona, al sentirse guarecida en el espacio que abre la Filosofía, no ensaya la fuga ni el enfoque de contraataque, sino la mirada telescópica que lo abarca todo sin temor al deslumbre. Urge, pues, traerla del destierro y reubicarla en su lugar, al margen, sí, pero entendido este como espacio intermedio, como paso comunicante.
El segundo reto sería acabar con el miedo hacia ‘el otro’ que reina en nuestra sociedad. En su acercamiento a lo extranjero, a lo que viene de fuera y no deseamos, el pensamiento filosófico adquiere la postura tan amorosa del signo de interrogación: medianamente curvado, pero con la cabeza bien alta para poder mirar a los ojos del enigmático visitante. Así, en esa actitud, que en realidad es un impulso al salto, el sujeto puede que no llegue a la comprensión de lo que por esencia es incomprensible, pero sí que incide en el gesto de la reconciliación que, con posterioridad, permitirá abrir un diálogo, o mejor aún, un concierto de voces en contrapunto. En tiempos en los que se cierne la amenaza del regreso del totalitarismo, el pensamiento polifónico es el único garante de la resistencia.
«El primer reto de la Filosofía sería dar a conocer su carácter pionero y su idoneidad como morada desde la cual lanzar la mirada amplia, en perspectiva, hacia lo desconocido. Urge traerla del destierro y reubicarla en su lugar, al margen, sí, pero entendido este como paso comunicante»
El tercer reto, superados ya la desubicación y el miedo, sería volver a la esencia de la filosofía como uti. Para ello hay que desempolvarla, volverla más plebeya (nótese que ya perdió la mayúscula), lo que implica convertirla en un artilugio de uso público y no solo académico. Como technē que es, debe volver a enseñarse, a trasmitirse tanto en el ámbito de la vida privada como de la comunitaria. Y es cierto que la filosofía, por sus propios medios, no va a hacer desaparecer la crisis. Por otra parte, como se ha apuntado en el inicio, semejante empeño sería una traición hacia su propia razón de ser. Su utilidad, por lo tanto, no se desprende de aportar soluciones unívocas y definitivas, sino de indicar una senda, o varias, a través de las cuales la persona se pone en camino, esto es, en acción, siendo consciente de que a cada paso hacia delante que da, se va salvando de la fosilización que le rodea o de la condena de acabar como Eurídice, mera sombra».
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