El filósofo austríaco Thomas Macho dice que él quiere «romper ese silencio traumático», y eso es lo que ha hecho con la obra que acaba de publicar: Arrebatar la vida. El suicidio en la Modernidad. Este es el mensaje principal de su libro, señala: hay que hablar del suicidio, porque guardando secretos, tabús y silencio no se previene, se fomenta. ¿Es el suicidio un acto de suprema libertad? ¿La única salida a la que una persona cansada de vivir está condenada? ¿Deja tras de sí culpables o víctimas? Aquí, sus respuestas.
Por Amalia Mosquera
Hablemos de él, del suicidio, de esa realidad tantas veces escondida y acallada que, sin embargo, arroja cifras muy altas que no se recogen en los informativos ni en las primeras páginas de los periódicos. Y hablemos con Thomas Macho, científico y filósofo, director del Centro de Investigación Internacional de Ciencias Culturales de Viena y autor de Arrebatar la vida. El suicidio en la Modernidad. El libro es un ensayo, recién publicado por Herder Editorial, sobre cómo la consideración y la visión de la muerte voluntaria ha ido cambiando con los años a través de temas como la despenalización, la eutanasia, el arte, la filosofía, los medios de comunicación…, cómo ha dejado de ser considerada un pecado mortal o el resultado de una locura, cómo surge una nueva cultura del morir que revela que quien se quita la vida no solo pretende acabar con ella, sino que también quiere asumirla y darle un nuevo sentido.
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