Filósofo y teólogo, el checo Tomáš Halík fue ordenado sacerdote en Erfurt (Alemania) porque no estaba permitido en su país, durante el periodo comunista, cuando conoció los riesgos de la clandestinidad. Es decir, sabe bien lo que es ir a la contra. Ese contacto con el conflicto quizá le otorgara una especial sensibilidad para ponerse en la piel de los demás, intentar entenderlos, aprender de ellos. La escucha atenta y abierta de los otros, el interés por las otras religiones sin exclusiones y el abrazo a los ateos –con quienes dice compartir casi todo salvo su creencia de que no existe Dios– marcan la trayectoria de este pensador.
Quizá como parte de su investigación filosófica, a la búsqueda de las respuestas, Tomáš Halik practica eso de cambiar las preguntas. Y el resultado es bien interesante. Su ejercicio recuerda ese grafiti –la frase quedó atribuida a Mario Benedetti– que decía: «Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas». Solo que en el terreno donde nos movemos –ese donde la filosofía se cruza con la teología– suponer que contamos con las respuestas es mucho suponer. Más acertada sería la variación: “Y cuando ni siquiera teníamos las respuestas, volvieron a cambiar las preguntas”. Ejemplo de ello es que, sobre la cuestión por la existencia de Dios, Halík está convencido de que se puede decir de otro modo. Se podría formular: ¿tiene sentido el amor?, y se trataría de la misma pregunta. En todo caso, tampoco sería la definitiva. La pregunta decisiva respecto a Dios no sería respecto a su ser, sino al deseo o anhelo propio: ¿quiero que Dios sea o que no sea?
A este diálogo con uno mismo, pero también con otros, sobre las preguntas esenciales y las respuestas, cualquiera que sean estas últimas, Halík le da un valor inmenso. Como afirma en las primeras páginas de su obra Quiero que seas: “De forma gradual, ha ido madurando en mí la convicción de que Dios se nos acerca más como pregunta que como respuesta”. Pues tenemos mucho de qué hablar con él, mucho por preguntar…
¿Quién es Tomáš Halík?
Graduado en sociología, filosofía y psicología por la Universidad Carolina de Praga, Tomáš Halík (Praga, 1948) estudió teología clandestinamente en su ciudad y luego en universidades de Roma y Wroclaw (Polonia). Durante el período comunista, se le prohibió la enseñanza universitaria y trabajó como psicoterapeuta para drogadictos. En 1978 fue ordenado también clandestinamente sacerdote en Erfurt (Alemania). En su país, cooperó de cerca con el futuro presidente, Václav Havel, y después de 1989 se convirtió en uno de sus asesores.
Desde ese año ha dado conferencias por todo el mundo. También fue profesor visitante en las universidades de Oxford, Cambridge y Harvard. Su apertura, su curiosidad y su audaz forma de plasmarlas hicieron que, en 1992, el Papa Juan Pablo II lo nombrara asesor del Consejo Pontificio para el Diálogo con los no creyentes. El mismo carácter abierto impregna sus libros, traducidos en once idiomas, y reconocidos con prestigiosos galardones por su labor a favor del diálogo intercultural e interreligioso, además de por la libertad espiritual. Entre ellos, el Cardenal König (2003), el Premio Romano Guardini (2010) y el Templeton, en 2014.
En la actualidad es profesor en la Universidad Carolina de Praga (Departamento de Estudios Religiosos), pastor de la Parroquia Académica y Presidente de la Academia Cristiana Checa.
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