Suscríbete

F+ Arendt y Zambrano: el mal y sus formas

3 comentarios

Arendt y Zambrano se sumaron a la fascinación por el mal y lo afrontaron como objeto de estudio. Izda., Hannah Arendt en imagen de Ryohei Noda, flickr; dcha., María Zambrano en foto distribuida por davide vizzini, flickr, ambas bajo licencia CC BY 2.0.

Arendt y Zambrano se sumaron a la fascinación por el mal y lo afrontaron como objeto de estudio. Izda., Hannah Arendt en imagen de Ryohei Noda, flickr; dcha., María Zambrano, foto distribuida davide vizzini, flickr, ambas bajo licencia CC BY 2.0.

3 comentarios

El mal tiene sus formas de expresión que a nadie dejan indiferente. Ya sea por la repugnancia que provoca o por la irradiación de un halo trascendente, tanto de lo sobre-humano como de lo infra-humano, el mal es un misterio fascinante, atendiendo a su etimología latina, fascinare, como resultado de aquello que nos hechiza con su magia oscura. Arendt y Zambrano se sumaron a esta fascinación y lo afrontaron como objeto de estudio: de la banalidad de la que habló Arendt a la idea de Zambrano de que el mal más extremo es aquel que actúa como un abismo.

Por Olga Amarís Duarte

Un ejemplo evidente lo encontramos en los malvados literarios, sobre todo en los villanos de Shakespeare, quienes acaban embaucándonos por el aura que los aleja del resto de los mortales y que los lleva a cometer actos absolutos; esto es, aquellos que solo unos pocos serían capaces de realizar. Sin poder evitarlo, sentimos cierta admiración inconfesable por la valentía que desprenden esos villanos trágicos que viven su hamartia, su error fundamental, hasta las últimas consecuencias. Søren Kierkegaard dirá que no es la maldad lo que nos atrae de los perversos, sino su profunda desesperación. De lo que se deduce que el ser más desesperado es, también, aquel capaz de cometer las peores perversiones.

Para seguir leyendo este artículo, inicia sesión o suscríbete
Otros artículos que te pueden interesar

3 respuestas

  1. Avatar de francisco Antonio Cifuentes Sánchez
    francisco Antonio Cifuentes Sánchez

    Reflexiones que nos sirven para aplicarlas en la Colombia de los crímenes de Estado, de las guerrillas, de los paramilitares, de los narcotraficantes y de ciudadanos comunes y corrientes que violan, sicarean y se roban los dineros públicos. Ya, a la luz de estos textos de las filosofas en cuestión, no pueden ser tratados desde el mal religioso, el no saber y el no conocer, sino desde esa tranquilidad de confesión ante cámaras y tribunales, donde se desliza «la banalidad del mal». Más allá de las espiritualidades y las religiones, hay que hurgar en los corazones, en los cerebros, en las costumbres y en las banalidades de lo personajes politiqueros y faranduleros que abundan en la historia de Colombia.

  2. Avatar de Susana De La Peña
    Susana De La Peña

    Excelente artículo Olga. Me encantó y lo tomaré como referencia para mis clases de filosofía, por supuesto que te daré tu crédito. Muchas gracias

  3. Avatar de Miller moreno
    Miller moreno

    El mal es el contexto.

Deja un comentario