El amigo como el mejor confidente
En el epílogo de un bello poema de Nietzsche titulado Entre amigos, leemos:
«Es hermoso callar juntos; más hermoso aún reír juntos […] Si obro bien, nos callaremos; nos reiremos si obro mal. Y cuanto peor seamos, más nos reiremos hasta que descendamos a la fosa».
Para quienes buscan ávidamente franqueza y complejidad en las relaciones de amistad, estos versos de Nietzsche suponen un obsequio. No importa si obramos bien o mal, dice el poema; el amigo no nos juzga. Hagamos lo que hagamos, no esperemos ninguna palabra por su parte, nada con que premiarnos o condenarnos. El amigo no calla por temor a alimentar nuestra vanidad. Tampoco se ríe para encubrir o banalizar lo que no se ha hecho bien. Tanto el silencio como su risa son liberadores.
Deja un comentario