Si pensamos en los grandes filósofos españoles, probablemente nos vengan a la mente aquellos que vivieron en el siglo XX: Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, María Zambrano… Problemas como el de la pobreza en la que estaba sumida el país, la existencia de una ciencia nacional o la guerra y la dictadura son algunos de los retos que el pensamiento de este periodo tuvo que enfrentar. Todo ello se dio a la par que se construía un nuevo modelo de universidad. En este dosier, Irene Gómez-Olano profundiza sobre algunos de estos problemas y presenta el pensamiento de los principales filósofos y corrientes de pensamiento del siglo XX en España.
El paso del siglo XIX al XX español fue un proceso accidentado a todos los niveles. El país se encontraba en una situación política y social de cambio. La pérdida de las últimas colonias españolas en 1898 abrió una herida en el entramado económico, político y social que se tradujo en la emergencia de un periodo cultural también convulso. Las corrientes artísticas, literarias y filosóficas entraron en diálogo con algunos elementos de esta crisis.
Este es el caso de la generación del 98, un grupo de escritores y escritoras entre quienes destacaban Unamuno, Pío Baroja, Ramón María del Valle-Inclán, Azorín o Ramiro de Maetzu, que reflexionaron sobre la situación de inestabilidad política del país. En sus obras, podemos ver críticas al poder oligárquico y a la herencia caciquista y anticuada que eran norma en la política española.
En el plano de la filosofía, la universidad está profundamente influida por la escolástica tomista, cosa que no alegra a quienes opinan que la filosofía española va a la cola del pensamiento europeo y que es momento de una renovación. Durante la segunda mitad del siglo XIX, en el reinado de Isabel II, se habían dado numerosas reformas educativas que habían instalado un pensamiento de apertura. El principal debate de la filosofía española había sido el problema de cómo recibir esta apertura.
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