«No sé si el teatro puede cambiar el mundo, pero hay que hacerlo como si pudiera cambiarlo», nos dice Juan Mayorga, dramaturgo, filósofo y matemático. Él llena su teatro de acción, emoción, poesía y pensamiento –y en este orden, puntualiza– para plantearle preguntas al lector/espectador. Una tarde en Madrid se las hacemos nosotros a él.
Por Luis Fernández Mosquera
Nos ha costado que Juan Mayorga encontrara hueco para esta entrevista entre tanto estreno y tanto trabajo, pero finalmente acordamos una tarde que tiene un poco más libre. Su obra Intensamente azules se ha estado representando en Madrid a principios de este 2019, y El chico de la última fila, en Barcelona. Y las giras por otras tablas continúan. Este dramaturgo ha llegado a tener siete obras a la vez sobre los escenarios de Europa y América. Hablamos con él sobre teatro y su relación con la filosofía, la política, el pensamiento…
Usted es licenciado en Matemáticas, doctor en Filosofía y autor teatral. ¿Qué relación tienen estas disciplinas?
Yo me licencié en Matemáticas en la Autónoma y en Filosofía en la UNED en 1988, las estudié al mismo tiempo. Luego me doctoré en Filosofía con una tesis sobre Walter Benjamin y la filosofía no ha dejado de acompañarme. Las matemáticas también, pero de otro modo, son otra pasión que me seduce mucho y cuando puedo atender a un problema me atrae mucho, pero la relación con la filosofía es más íntima y permanente. De hecho, dirijo un máster en creación teatral en la Universidad Carlos III donde es importante la filosofía, en mis propias clases, pero también en las de gente como Carlos Thiebaut, Fernando Broncano, Reyes Mate, Sonia Arribas, Antonio Rodríguez de las Heras…
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