¿Cuál es el principal reto de la filosofía, o sus principales retos, en estos tiempos de zozobra, inseguridad e incertidumbre en todo el mundo?
Carlos Javier González Serrano. Filósofo y director editorial español
Carlos Javier González Serrano es filósofo, director editorial, profesor y asesor de comunicación y cultura, presidente de la Sociedad de Estudios en Español sobre Schopenhauer, colaborador habitual en medios de comunicación y un reconocido conferenciante en universidades españolas e internacionales.
«Más que nunca, la filosofía no puede permitirse quedarse encerrada en los estrechos muros académicos. La filosofía encierra una irreprimible vocación de apertura y, se puede decir incluso, revolucionaria: no sólo nos enseña a pensar y nos orienta ante las posibilidades de nuestro mundo, sino que nos invita a reflexionar de manera inexcusable. En tiempos en los que, tristemente, se cuestiona la pertinencia de los estudios de ética y filosofía en la enseñanza en colegios e institutos, tenemos que preguntarnos por qué existe este enconado afán por hacer desaparecer el pensamiento crítico y disidente en el seno de una sociedad que necesita con urgencia una profunda llamada de atención y la sana denuncia —social e individual— que propicia la filosofía.
El reto principal, por tanto, reside en su propia defensa frente a los continuos ataques a su pervivencia en las aulas, por un lado, y, por otro, en reivindicar la irremplazable idoneidad de las humanidades en un mundo global. Ya no sirven recetas unívocas ni cortas de miras: la filosofía es luz en una oscuridad abismal, pero tiene que aliarse, en una sana convergencia, con otras disciplinas como el derecho, el arte, la física o la biología, para dar respuestas concretas a problemas concretos. Podemos pensar sobre el ser de manera diletante o meramente erudita, pero el ser, precisamente, se materializa de múltiples modos a los que hay que dar respuesta directa, sobre el terreno. Es este un ejercicio que debe retroalimentarse: las ciencias han de tener una base filosófica que indiquen el camino por el que transitar, sin que la filosofía, por ello, entorpezca con insanos dogmatismos el progreso sanitario o tecnológico.
«A mi juicio, el mayor de los retos que la filosofía debe proponerse es acercar el conocimiento, o la necesidad de conocer, a todas las capas sociales, y denunciar las circunstancias en las que la libertad se ve coartada por estructuras económicas o políticas que supeditan el valor del conocimiento a un insano utilitarismo»
Por último, la filosofía dota de una mirada no parcial e integradora de nuestra realidad, que permite observarla desde una perspectiva transversal: nuestros tiempos necesitan humanistas a la compleja tesitura de nuestras dificultades, que se atrevan a pensar en la calle (con y entre los otros) y a inocular la sed por saber, la sed por no conformarse con lo establecido. Este es, a mi juicio, el mayor de los retos que la filosofía debe proponerse: acercar el conocimiento, o mejor dicho, la necesidad de conocer, a todas las capas sociales, y denunciar las circunstancias en las que la libertad se ve coartada por estructuras económicas o políticas que supeditan el valor del conocimiento a un insano utilitarismo. Quizá la filosofía no tenga valor en sí misma, pero sí dota de valor a las cosas que son observadas a través de su privilegiada visión».
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