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Mario Bunge nos dijo: «Se puede ignorar la filosofía, pero no evitarla»

Mario Bunge charla en Madrid sobre filosofia y pensamiento

El filósofo argentino Mario Bunge fotografiado en Madrid (España) en 2014, a la edad de 94 años. Foto por cortesía de la editorial Gedisa, donde Bunge ha publicado sus memorias «Entre dos mundos». www.gedisa.com

El filósofo argentino Mario Bunge acaba de morir, a los 100 años, que cumplió el pasado mes de septiembre. Recordamos hoy la entrevista que publicamos hace dos años y en la que pudimos comprobar que se mantenía en plena forma intelectual. Una larga vida dedicada a la investigación en el campo de la filosofía de la ciencia, pero también a otros ámbitos del conocimiento, como la filosofía de la física y de la tecnología, la filosofía de la biología y de la psicología, la crítica de las pseudociencias o la filosofía de la economía y de las ciencias sociales.

Por Gabriel Arnaiz, profesor de filosofía

Materia y mente. Una investigación filosófica, de Bunge (Laetoli).
Materia y mente. Una investigación filosófica, de Bunge (Laetoli).

Le escribo por correo electrónico a China, donde está impartiendo unas conferencias, y me responde al día siguiente, disculpándose por su laconismo. Hablando con él tengo la sensación de estar entrevistando al último gran filósofo vivo del siglo XX.

En los últimos años ha publicado varias obras importantes, como Materia y mente, Evaluando filosofías o sus memorias, Entre dos mundos. Con más de 50 libros a sus espaldas y medio millar de artículos, Mario Bunge sigue siendo un pensador poco conocido por el gran público, a pesar de haber recibido 19 doctorados honoris causa y el Premio Príncipe de Asturias en 1982. Por esta razón, la editorial Laetoli decidió publicar, en colaboración con la Universidad Pública de Navarra, una nueva colección dedicada enteramente a él: la Biblioteca Bunge. Por el momento han publicado 11 libros: la reedición de algunos títulos que ya estaban agotados o descatalogados, pero revisados por el autor y con nuevos prólogos escritos especialmente para esta ocasión, como 100 ideas, Materialismo y ciencia, Economía y filosofía y la traducción de otros nuevos, como Materia y mente y Las pseudociencias, ¡vaya timo!

Conocido sobre todo por sus investigaciones en el ámbito de la filosofía de la ciencia (donde algunos de sus libros se han convertido en clásicos imprescindibles, como La ciencia, su método y su filosofía), Bunge también ha realizado aportaciones significativas en otros campos del conocimiento, como la filosofía de la física y de la tecnología, la filosofía de la biología y de la psicología, la crítica de las pseudociencias o la filosofía de la economía y de las ciencias sociales. Y es que Mario Bunge es uno de los pocos filósofos, junto con Gustavo Bueno, que han desarrollado un sistema filosófico propio, algo que ya no se estila en el panorama filosófico contemporáneo, sobre todo desde que el posmodernismo se apoderó de la filosofía continental. Bunge no tiene pelos en la lengua a la hora de criticar duramente algunas de las teorías más populares del momento (del psicoanálisis al posmodernismo, pasando por el feminismo, la economía neoclásica o la psicología evolutiva, por citar sólo unos pocos), a las que tilda de pseudocientíficas, y es de agradecer su esfuerzo por ser siempre claro y pedagógico.

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En Filosofía y basura, uno de los artículos incluidos en Vistas y entrevistas, cuenta usted cómo su hija Silvia, que por aquel entonces tenía 11 años, le hizo la fatídica pregunta a la que todo filósofo debe enfrentarse tarde o temprano. Profesor Bunge, ¿por qué se dedica usted a la filosofía?
Porque me fascinan los problemas filosóficos, tales como «¿qué es el tiempo?», «¿qué es la mente?» y «¿qué es la vida?». De chico pasaba horas tratando de formar seres vivos disolviendo sulfato de cobre en agua y observando los «árboles» que van emergiendo.

Entre dos mundos, de Bunge (Gedisa).
Entre dos mundos, las memorias de Bunge (Gedisa).

Recordemos que Mario Bunge se doctoró en Ciencias Físicas por la Universidad de la Plata en 1952 con una tesis doctoral sobre la cinemática del electrón relativista y que hasta 1963 fue profesor de Física y Filosofía en la Universidad de Buenos Aires.

En ese mismo artículo, decía usted que la mayor parte de la gente filosofa sin saberlo y a menudo no hace sino repetir ideas filosóficas anticuadas, y propone que se llame a los filósofos ingenieros conceptuales. ¿Qué quiere decir con esto?
Así como el ingeniero diseña artefactos materiales, el filósofo imaginativo inventa problemas, conceptos, hipótesis y teorías, por ejemplo sobre el espacio, la verdad y los roles de la cooperación y del conflicto.

Mario Bunge suele citar una advertencia de Keynes a la que rara vez se presta la debida atención: «Las ideas de los economistas y los filósofos políticos, tanto cuando son acertadas como cuando son erróneas, son más poderosas de lo que se cree habitualmente. En efecto, el mundo es gobernado por ellas y por casi nada más. Los hombres prácticos –quienes se creen libres de toda influencia intelectual­– son, por lo general, esclavos de algún economista difunto».

«Las religiones seguirán atrayendo a la gente mientras haya miseria, guerra e ignorancia»

En un artículo usted escribió que «la filosofía política no es un lujo, sino una necesidad». ¿Podríamos decir lo mismo de la filosofía en general?
La filosofía interviene tanto en la formación de cosmovisiones como en la de políticas estatales. Lo primero es obvio, ya que una concepción del mundo puede ser materialista o idealista, laica o religiosa, individualista o globalista, egoísta o altruista, etc. En cuanto a la intervención de la filosofía en el diseño de políticas económicas y culturales, recuérdese que toda política de ese tipo se basa tanto sobre datos sobre el estado actual de la sociedad como sobre alguna ideología, y que el corazón de toda ideología es filosófico, ya que la ideología es la parte de la cosmovisión que se ocupa de asuntos sociales. Por ejemplo, la ideología que inspira al neoliberalismo es individualista, elitista y autoritaria, mientras que la que inspiró a las socialdemocracias fue sistémica, inclusivista y democrática. El que muchos ideólogos no sean consecuentes es harina de otro costal. Por ejemplo, Friedrich Hayek ensalzó la libertad y también el régimen fascista del general Pinochet. Y se proclamó individualista, al punto de procurarle a Margaret Thatcher su famoso principio: «No hay sociedad: solo hay individuos». Pero en otras publicaciones, Hayek ha afirmado que el mercado es mucho más sabio que cualquier experto, con lo que admitió tácitamente que el mercado tiene mente, hipótesis de neto cuño globalista. En resumen: rásquese una concepción general cualquiera y se descubrirá una o más filosofías. Se puede ignorar la filosofía, pero no se la puede evitar.

Entonces, ¿es la ciencia la solución a todos nuestros problemas?
La investigación científica se ocupa solamente de problemas del conocimiento, no trata de problemas prácticos, pero estos no se resuelven bien sin la ayuda de conocimientos científicos. Por ejemplo, los problemas de la salud pública requieren conocimientos biológicos y sociológicos.

¿Por qué cree usted que, a pesar de vivir en una sociedad altamente tecnológica, la mayoría de la gente cree en la existencia de fantasmas, pagan a personas para que les «lean» el futuro y confían en que haya una vida después de la muerte?
Las supersticiones siguen siendo populares porque la ciencia suele enseñarse mal, como una lista de recetas en lugar de enseñar a investigar problemas.

Las pseudociencias, ¡vaya tiempo!, de Bunge (Laetoli).
Las pseudociencias, ¡vaya tiempo!, de Bunge (Laetoli).

Mario Bunge es partidario de un escepticismo metodológico, que «es una posición tanto metodológica como práctica y moral. En efecto, quienes lo adoptan creen que es tonto, imprudente y moralmente erróneo afirmar, practicar o predicar ideas importantes que no hayan sido puestas a prueba o, peor aún, que hayan mostrado de manera concluyente ser totalmente falsas, ineficientes o perjudiciales» y «a la vez, estamos dispuestos a abandonar toda creencia que pruebe carecer de fundamentos», nos explica en Las pseudociencias, ¡vaya timo!

¿Qué son las pseudociencias y por qué les ha dedicado usted tanto tiempo y esfuerzo?
Una pseudociencia es un cuerpo de creencias incompatibles con el fondo de conocimiento científico. Le he dedicado mucho tiempo a esta cuestión porque me asombra y alarma el que haya tantos científicos y filósofos crédulos. Creo que es un indicador de que se puede ser muy competente en un rincón del saber y tonto en cuestiones fundamentales, porque los conocimientos científicos suelen enseñarse de a uno, y porque no se los acompaña de reflexión metodológica, o sea, no se habitúa al estudiante a preguntarse cómo se sabe tal o cual cosa.

«Las supersticiones siguen siendo populares porque la ciencia suele enseñarse mal»

¿Por qué afirma que «el psicoanálisis es tan pseudocientífico como la parapsicología»?
Porque ambos rehúyen la contrastación experimental y son incompatibles con la neurociencia cognitiva, que enseña que los procesos mentales son cerebrales.

En Las pseudociencias, ¡vaya timo! afirma que la crisis financiera que empezó en 2008 es producto de una filosofía económica errónea. ¿Podría explicarnos esta afirmación?
La teoría económica estándar afirma que la economía está en todo momento en equilibrio, o sea, en el estado en que la oferta es igual a la demanda (teorema de Debreu). Esta teoría ignora, pues, los desequilibrios (en particular, los desequilibrios financieros). La teoría es un mero ejercicio matemático, sin relación con la realidad.

Objetivo: proponer, provocar, entretener… y hacer pensar

100 ideas. El libro para pensar y discutir en el café, de Bunge (Laetoli).
100 ideas. El libro para pensar y discutir en el café, de Bunge (Laetoli).

«Las mejores ideas son las que hacen abrir la mente, no la boca: las que provocan e incitan a inventar nuevas ideas. En esto consiste la fuerza de algunas de ellas. Y la debilidad de otras consiste en que inmovilizan en lugar de movilizar. A esto aspira cualquier pensador que se respete y que gane en buena ley el respeto de otros: a hacer pensar«. 100 ideas, ed. Laetoli.

En este libro, Bunge propone, con tono de humor en muchas ocasiones, 100 ideas «para pensar y discutir en el café». «He escrito estos artículos –dice el filósofo– para informar, provocar, proponer, entretener y divertirme, aunque no para ‘matar el tiempo’, barbarismo que sacaba mi padre de sus casillas. ¡Ojalá mis lectores se diviertan leyendo estas páginas casi tanto como yo al escribirlas!».

Mario Bunge es uno de los pocos filósofos actuales que se ha tomado en serio el fenómeno de las pseudociencias. El problema es que «los científicos y los filósofos tienden a tratar la superstición, la pseudociencia y hasta la anticiencia como basura inofensiva o, incluso, como algo adecuado al consumo de las masas; están demasiado ocupados con sus propias investigaciones como para molestarse por tales sinsentidos. Esta actitud, sin embargo, es de lo más desafortunada. Y ello por las siguientes razones. Primero, la superstición, la pseudociencia y la anticiencia no son basura que pueda ser reciclada con el fin de transformarla en algo útil: se trata de virus intelectuales que pueden atacar a cualquiera –lego o científico– hasta el extremo de hacer enfermar toda una cultura y volverla contra la investigación científica. Segundo, el surgimiento y la difusión de la superstición, la pseudociencia y la anticiencia son fenómenos psicosociales importantes, dignos de ser investigados de forma científica y, tal vez, hasta de ser utilizados como indicadores del estado de salud de una cultura». En ese libro, Mario Bunge es un poco más explícito: «En resumidas cuentas, las políticas económicas que condujeron a la crisis económica actual fueron inspiradas por varias teorías económicas defectuosas. A su vez, esas teorías están basadas en una filosofía errónea y esta filosofía es responsable, en gran medida, de la crisis económica de 2008».

En ese mismo libro usted defiende un «escepticismo metodológico o moderado», y lo contrapone al dogmatismo y al escepticismo radical. ¿Podría explicarnos en qué consiste ese escepticismo moderado?
El escéptico moderado no rechaza la totalidad del conocimiento, sino que pone en duda un pedazo por vez. Cada vez que se critica una idea lo hace asumiendo otras ideas.

En dicho texto, el autor aclara algo más esta idea: «No todas las creencias son equivalentes: unas son más verdaderas o mejores que otras. El dogmático es esclavo de creencias que no ha examinado críticamente, de modo que se arriesga a obrar mal. El escéptico radical, el que nada cree, no está al abrigo de toda creencia, sino que es víctima de creencias ajenas. En cambio, el escéptico moderado, el que sopesa cada idea antes de adoptarlas o rechazarlas, está en condición de actuar racional y eficazmente».

Filosofía política. Solidaridad, cooperación y democracia integral, de Bunge (Laetoli).
Filosofía política. Solidaridad, cooperación y democracia integral, de Bunge (Laetoli).

En Filosofía política propone usted una alternativa al capitalismo y al socialismo que denomina «democracia integral». ¿Sería tan amable de explicarnos en qué consistiría y ponernos algunos ejemplos?
En una democracia integral, todos comparten la riqueza, la cultura y el poder político. Cuando un grupo monopoliza alguno de estos recursos, no sólo excluye a la gran mayoría, sino que también termina por apoderarse de los demás recursos. Esto ocurre tanto con el capitalismo como con el socialismo autoritario. Por esto preconizo la combinación de la democracia (o autogobierno) con el cooperativismo.

Según la opinión filosófica dominante, Wittgenstein y Heidegger serían los dos grandes filósofos del siglo XX, el primero para los filósofos analíticos y el segundo para los filósofos continentales. Según este dictamen, hoy no podemos hacer filosofía si ignoramos las aportaciones de estas dos luminarias. ¿Qué opinión le merece este análisis?
Para evaluar una filosofía hay que preguntarse qué problemas contribuyó a resolver. Wittgenstein negó la existencia de problemas filosóficos, y Heidegger no hizo sino juntar palabras. Wittgenstein es popular porque es trivial, y Heidegger porque es hermético.

En el libro de Laetoli, usted llega a calificar la filosofía de Heidegger de «galimatías ininteligible» y se opone a la mayoría de los filósofos que conforman el canon de la filosofía continental (como Derrida, Foucault, Vattimo y cía.). ¿Nos puede explicar por qué es tan duro con ellos?
Porque son simuladores, no investigadores, porque, lejos de contribuir al conocimiento, han denostado contra él.

En Las pseudociencias, ¡vaya timo!, Bunge confiesa que no es capaz de comprender qué quiere decir Heidegger con das Sein des Seiendes y que tampoco sabría cómo traducirla: ¿El ser del ser?, ¿el ser del Ser?, ¿el Ser del ser?, ¿el Ser del Ser? Y se pregunta por qué habríamos de considerar que este galimatías —intraducible incluso al alemán— es filosofía seria. Reconoce después que encuentra «críptico» a Husserl, «completamente oscuro» a Heidegger y a ambos «totalmente faltos de pertinencia».

En La relación entre la filosofía y la sociología se reconoce heredero de la Ilustración y rechaza tanto las tres olas románticas que han invadido la filosofía como la «charlatanería académica» que se ha impuestos en las facultades de humanidades. ¿Podría explicarnos qué quiere decir con esto?
Entiendo por charlatanería académica la que se produce en ciertas universidades, consistente en una mezcla de sinsentidos, falsedades y perogrulladas enunciadas en lenguaje hermético y más o menos bombástico. El primero y peor de todos esos charlatanes fue Hegel, a quien no se habría tomado en serio si hubiese escrito en castellano o en catalán desde un villorrio español. Su prosa fue tan opaca que generó dos o quizá tres olas de intérpretes que se disputaron su legado. Hoy día el charlatanismo académico proviene principalmente de París, urbe que, de «Ciudad de la Luz» hacia 1750, pasó a ser «Ciudad de las Tinieblas» dos siglos y medio después, gracias a Sartre y otros discípulos de Heidegger. Afortunadamente, el charlatanismo académico no se practica en las facultades serias: las de ciencias, ingeniería, medicina, farmacia y agronomía. En ellas hay que fundamentar lo que se afirma y aclarar cada vez que alguien admita no entender lo que uno dice.

Los pensadores materialistas del XIX, como Feuerbach, Comte o Freud, pensaron que la religión desaparecería cuando se extendiera entre la población la educación científica. ¿Cree usted que las religiones desaparecerán en un futuro cercano?
Las religiones seguirán atrayendo a la gente mientras haya miseria, guerra e ignorancia, porque ellas proveen algo que la ciencia no da: consuelo e ilusión de seguridad.

El «Tratado de filosofía básica» de Mario Bunge

Su Tratado de filosofía básica se compone de ocho volúmenes que escribió entre 1974 y 1989. Gedisa los va publicando en español.
Tratado de filosofía básica, 8 volúmenes que Gedisa va publicando en español.

Indudablemente, la obra magna de Mario Bunge la componen los ocho volúmenes de su Tratado de filosofía básica que escribió desde 1974 hasta 1989 y que le han servido como armazón conceptual para desarrollar toda su obra posterior.

La editorial Gedisa se ha comprometido a publicar en español las más de 2.600 páginas que componen este hercúleo proyecto. Por ahora se han traducido ya cuatro volúmenes: Semántica I: Sentido y referencia; Semántica II: Interpretación y verdad; Ontología I: El moblaje del mundo y Ontología II: Un mundo de sistemas.

11 respuestas a «Mario Bunge nos dijo: «Se puede ignorar la filosofía, pero no evitarla»»

  1. Avatar de Desmitificando, que es gerundio
    Desmitificando, que es gerundio

    Se me olvidaba:

    ¿No es esa «democracia integral» algo parecido a lo propuesto por la ideología anarquista? Cooperación y autogobierno.

    1. Avatar de Lume
      Lume

      Es lo que yo entiendo también. Pero no sé si el señor Bunge realmente se refiere a eso, o simplemente utiliza otras palabras, a sabiendas, la palabra Anarquía provoca un rechazo, por ser mal utilizada, a lo largo del tiempo. Véase por ejemplo en la Real Academia de la lengua Española RAE, dónde la ponen como sinónimo de caos. Las élites siempre suelen tergiversar a su conveniencia, por sí pudiese funcionar una democratización » real » de las sociedades, por lo tanto Les provoca pánico. En el diccionario británico, utilizan la definición, que le dió Pedro Kropotkin, el geografo ruso.
      Cúanto a Bunge respecto a la anarquía, seguro, que habrá encontrado suficientes problemas, lógicamente porque todo suele tener contradiciónes . Pero así nos toca a lxs libertarias destergivesar las mentiras polítiqueras, diciendo que Caos es Orden. Según nuestro concepto de » desorden «, el poder tiene menos control. Salúd y A.

  2. Avatar de Desmitificando, que es gerundio
    Desmitificando, que es gerundio

    Dice Bunge:

    «La difusión de la superstición, la pseudociencia y la anticiencia son fenómenos psicosociales importantes, dignos de ser investigados de forma científica y, tal vez, hasta de ser utilizados como indicadores del estado de salud de una cultura».

    Se entiende que esos indicadores indicarían un mal estado de salud.

    Entonces, yo me pregunto: ¿era malo el estado de salud de la cultura ateniense durante el célebre siglo V, el siglo de Pericles? Lo digo porque los atenienses veneraban a los dioses olímpicos, y, aunque en el ámbito del progreso científico no anduvieran a nuestra altura, no diría yo que la salud de su cultura fuese mala…

    Lo mismo puede decirse de la época de la llamada «revolución científica»: hablamos en este caso de sociedades cristianas en las que el asombroso desarrollo de las ciencias coexistió con la fe religiosa. Etcétera, etcétera.

    En cuanto a las pseudociencias, entiendo el peligro que pueden entrañar algunas como la economía neoliberal (presumiendo, claro está, que Bunge lleve razón en sus críticas); pero ¿por qué dar tanta importancia a las creencias religiosas y a los cazadores de espíritus? Siempre que las primeras no atenten contra la libertad de quienes no tenemos fe y las segundas no reclamen ningún tipo de subvenciones públicas, ¿no estaremos siendo un tanto crueles al acabar con el consuelo y la satisfacción de tanta gente? Mi abuela creyó en dios porque esa creencia la consolaba ante la idea de la muerte y ante la idea de que mi abuelo ya no estaba con ella: ni con veinte mil libros de Bunge y otras luminarias la habría yo convencido de que estaba equivocada cuando recaba para pedir por mi abuelo, quien, según ella, vivía ya en un lugar mejor. Y, lo que es peor, el mero hecho de haberla intentado convencer le habría infligido un gran sufrimiento. Yo no soy un sádico. Me lamento de que la gente crea; pero tampoco tengo derecho a infligirles sufrimiento solo para conseguir difundir la verdad con tal de acabar con una mentira que tampoco es tan dañosa, al menos, insisto, si las creencias religiosas se mantienen en el ámbito estrictamente privado.

    1. Avatar de Daniel Rojas
      Daniel Rojas

      Concuerdo con tu comentario sobre lo relacionado a la religión y a como este tipo de pensamientos pueden resultar ofensivos para quienes si son creyentes. Si la gente no hace daño a nadie con sus creencias porque atacarlos, y sobre todo si son personas pobres y humildes; pero la genialidad de Bunge con respecto a este tema de las seudociencias a mi parecer radica en hacer una critica dura a la ciencia moderna, haciéndola ver en algunos casos como posmoderna, y refiriéndose a la las teorías físicas algo así como constructos y modelos matemáticos cercanos a la metafísica (no lo escribió el así propiamente, solo es mi interpretación). Llamar macaneadores a los físicos modernos como Stephen Hawking, eso es como seria, y eso mismo fue lo que me agrado de su postura. Aquí en Guatemala a los físicos que tienen postdoctorados los periódicos locales les llaman genios, y ellos se lo creen y andan hablando que hay cosas que los mortales (los ciudadanos comunes según ellos) no pueden entender, como por ejemplo comprender que hay muchos universos y otras cosas puntuales que crítico Bunge.

  3. Avatar de Pablo Barroso
    Pablo Barroso

    Bunge me parece demasiado admirado. Me gustaría que debatiera con alguien como Sheldrake o Barrau para ver si su creencia paradigmática de la ciencia funciona. Hay que considerar más a Kuhn y Fayerabend

    1. Avatar de Chindasvinto
      Chindasvinto

      jajajajjajajajaaaa…»demasiado admirado»??? «creencia paradigmática de la ciencia» ???
      anda que, lo que hay que leer…
      ¿Considerar más aún a esos cantamañanas histriónicos, payasos de feria y aliados del sepulturero posmoderno, dualista heredero del hegelianismo dañino protoidealista absoluto europeo (centro), cínico, oscurantista, constructivista-relativista y etcs tumorales del pensamiento hueco, formal, birlibirloquista, pseudoontológico posmo, de paja que se eyacula en el propio ombligo…con su gran adalid Heidegger y acólitos y turbas feligresas…? ¡¡Sólo faltaba!! Así nos va! Sheldrake???? mezclado con Barrau??? y mezclarlos con Kuhn y Feyerabend es oír campanas no se sabe dónde.

      Supongo que al típico iluminado…lo que le escuece como siempre es la terca REALIDAD, y las teorizaciones y sistematizaciones de Bunge (y de toooodas las comunidades, consensos, paradigmas y paradojas científicas evolutivas, rupturistas, inerciales o al fin y al cabo Humanas…) sobre ciencias, campos, demarcación, caracterización, interdisciplinariedades, sociedades, procesos, Cultura, etc…frente a la charlatanería iluminada y sus negocietes…pues Q.E.D.

      El día que la izquierda posmo realmente se dé cuenta de su meta-mitología idiotizada y complejos, haga los deberes y abandone las posturas eternomarxistas frágiles con trampas (materialismos inmateriales estirados como el chicle idealista, siempre alemán), y todo el vacuo discurso de Corrección Política huera anglosajona, junto con el «todo lo quiero, me vale y simbolizo para asaltar los poderes»…y abracen de verdad el conocimiento, las ciencias y las organizaciones sociales complejas, imaginativas y las aplicaciones realistas y conscientes a la política de todas ellas (el nuevo Welfare con base científica, ética, cabal, psicológica, sociológica de verdad científicas,…balanceada y evolutiva)….que es algo que apunta siempre Bunge de manera más que acertada…ese día…lucirá el Sol.

      No hay más que veroir a todas las celebrities patéticas del star system «filosófico» contemporáneo ante el rodillo global y coronavírico actual, insistiendo en proyectar sus fantasías y cosmogonías infantiles y trasnochadas, sus delirios interpretativos y errequerres de sus simbologías simplonas y manidas del mundo, y sus sesudos metanálisis lingüísticos simbólicos y transformativos de su inodoro apenas…, que si el poder, los Estados, individuos, colectivos, identidades, las decadencias de toda idea o discurso, moderna y post, la fe en lo que toque (miedo, ciencia, técnica y sus némesis)…la posverdad, la Historia, los Valores, Conductas, Creencias, Sociedades…sin tratar absolutamente NADA de lo esencial en todo ello, troncal y fundacional de lo que arrastramos, se nos ha venido encima y habremos de seguir aprendiendo…por los caminos olvidados y por idear entre todxs aún.
      Son todxs hijos de Hegel, Heidegger, las imposturas intelectuales-políticas posteriores, más o menos lúcidas, o sesudas, y en su mayoría oscurantistas, relativistas, teatrales o poéticas, performativas e infantiles, y en el fondo egóticas, y también las perogrulladas más o menos resentidas y autopagadas de toooooodxs lxs acólitxs (conocéis bien la lista de todxs ellxs).

      ¿Ejemplos reales? Por qué Madrid o el norte de Italia…y USA están y acabarán peor que muchos otros? ¿Qué es realmente el proyecto europeo y qué conlleva detrás como gran fallo sistémico? ¿El Estado contemporáneo (o la intocabilidad de ciertos intereses Privados (sanidad? aseguradoras?) y los repartos de poderes regionales y concesiones a las privatizaciones de beneficios y socializaciones de pérdidas), intervenido por los hilos invisibles de la metaeconomía especulativa financiera e incapaz de lo tangible, y los modelos productivos y externalizaciones debidas en occidente a la escuela de Chicago y sus ataques sistémicos al Welfare o al equilibrio y reinvención de sistemas productivos equilibrados nos han llevado a algún sitio? ¿Y los metadiscursos autopàgados de los críticos antediluvianos de las formas de todo ello….han hecho algo en favor realmente de cambiar esas estructuras, sub o supra en alguna medida no neopunk de salita de té y cátedra pueril o cínica?). ¿La mentalidad pequeño burguesa…o temerosa de dios o El Estado, no produce los mismos monstruos cuando llegan las pesadillas? Qué pretendemos hacer en materia de coordinación, prevención, anticipación, cooperación, solidaridad, modelos de desarrollo, equilibrio, sostenibilidad, compromiso, corto, medio y largo plazo de políticas globales y locales, ciencia base, inversiones, reparto de riqueza, sistemas tributarios, corrupción, ética, desarrollo de sistemas de garantías sociales, control de natalidad, vacunaciones masivas, erradicación de pobreza, incultura, etc etc etc?

      Los complejos de los vagos y paletos posmo y de los salvajes neoliberales…cuando apenas salen de la filosofía continental o analítica y sus galimatías lingüísticos o de las doctrinas de escuelas de negocios ya trasnochadas pero influyentes (y toda la caterva tradicionalmente ideológica del pensamiento estándar)…mientras el mundo les pasa por encima cada día 100 veces a sus idealismos ideológicos, modelos de chichinabo y casa de muñecas de Cultura, Realidad, Sociedad, Dinero…o Ciencias…y sus faunas de doctorandxs, votantes y feligreses de los miedos o rencores… aplaudiéndoles como si no dijeran perogrulladas antediluvianas de pensamiento neomístico, cafre o sin utilidad para ese mundo que lo devora todo…mientras la maquinaria absurda de la Realidad gana y gana terreno a la Humanidad.

      Más Russell y menos Foucault, Más Bunge/Putnam/van Fraassen/Haack y menos Feyerabend/Marcuse/Derrida/Rorty, Más Lakatos y menos Kuhn, más Giddens y menos Latour, más De Bottom/Cordero y menos Zizek/Han, más James/Ellis y menos Freud/Lacan, más Fox Keller/Heller/Benhabib/hooks y menos Steinem/Butler/Irigaray…es real(ística)mente lo que hace falta!

      1. Avatar de Pablo
        Pablo

        Yo soy crítico de Bunge porque exagera en su posición materialista. Eso te genera un determinismo fuerte que no te hace progresar. Pensar sin hacer una verdadera dialéctica de las cosas no te permite flexibilizar. Yo no soy idealista alemán ni nada, pero si considero que la última realidad es la conciencia y ya hay muchos científicos que coinciden. Entiendo que Bunge hace sus aportes a que vayamos a la evidencia, pero pretender que no existe la conciencia y sea un subproducto de la material (típico de una herencia marxista ortodoxa) es algo que no comparto con él.

        Por otro lado, no niego los aportes de Popper al conocimientio científico, pero el anti-realismo ayuda bastante a crear un conocimiento sintético. Tendrá sus fallas, pero se pule en el tiempo. La postmodernidad es un escépcismo de la verdad, y al menos en la política nos ha hecho dar cuenta que la razón no es absoluto y fue una condena a Hegel y todos los pensadores modernos. No niego el papel del avance de la ciencia, pero considero que la comunidad científica es muy cerrada a tomar algunos asuntos como la explicación de la conciencia y arman un millón de excusas para negar su existencia. Es por esta razón que no simpatizo con Bunge en este específico punto. Su metafísica.

  4. Avatar de Roberto Limongi
    Roberto Limongi

    Tamgano disparate!!!!!! de Mario Bunge decir que la neurociencia cognitiva es incompatible con el psicoanalisis

  5. Avatar de Claudia Arrieta
    Claudia Arrieta

    Mario Bunge es un filósofo físico con interesantes aportes a la filosofía moderna donde nos muestra su punto de vista acerca del psicoanálisis,y la importancia de la filosofía donde aclara muchas ideas de filósofo que han transcurrido en la historia.

  6. Avatar de Gamela
    Gamela

    Heidegger no hizo sino juntar palabras…!
    Bunge en estado puro… fantástico!

    1. Avatar de XdjRods
      XdjRods

      totalmente de acuerdo

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