Los usos del perdón
Para definir el perdón hay que delimitarlo: decir qué es y qué no es. La variedad de versiones del perdón complica la labor de definirlo, pero es importante analizarlas para detectar también sus perversiones. Hay que ser prudentes en la aproximación al perdón, para no cargar a las víctimas con exigencias que las dañen más todavía, para no justificar lo injustificable o para no absolver precipitadamente a los culpables.
Se pueden distinguir dos grandes usos del perdón, que engloban otros en cada caso. En la vida cotidiana recurrimos a la petición de perdón como disculpa ante una pequeña ofensa o como señal de cortesía ante un error. Este es un uso cotidiano y superficial. El otro uso es el que remite a quien ha cometido y a quien ha sufrido un daño injusto. El uso cotidiano de la palabra «perdón» no tiene el mismo sentido que este, que es más profundo, grave y solemne, pero sí prepara el terreno, es un ensayo para aprender el uso más complejo de las palabras «perdón» o «te perdono».
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