Quien asegura que corren tiempos terribles y aciagos es porque, quizá, no se haya parado a pensar en el desarrollo histórico humano, repleto de infortunios de todo tipo, plagas y epidemias, guerras y catástrofes naturales. Precisamente, todo libro de autoayuda parte de la idea de que el mundo, y uno mismo, puede mejorar. Nos vemos avasallados por toda una literatura que intenta hacer del mundo un lugar más agradable cuando, a la vista de la realidad, todo parece sugerirnos lo contrario: no existe posibilidad de progreso.
Por Carlos Javier González Serrano
Sin embargo, aunque esto parezca una evidencia, se desprecian con demasiada facilidad las bonanzas de un saludable pesimismo, que, lejos de lo que suele mantenerse, no nos aboca a un escenario apocalíptico o a sostener una actitud de rendición o, más aún, un talante depresivo u oscuro. Más bien, un pesimismo correcta y cabalmente entendido ayuda a asentarnos en nuestro ahora, en nuestra circunstancia, y, lejos de esperar que las cosas mejoren, se sitúa críticamente ante el escenario humano para pensarlo y rebelarse contra las crueldades que contiene, por mucho que le parezcan inevitables: su invitación es, pues, la de aspirar a conquistar un mundo más habitable, consciente siempre de sus limitaciones y adversidades.
Disfruta de nuestros contenidos al 100%.
No te quedes con las ganas de ver, leer y escuchar…
A partir de 1,21€ al mesSUSCRÍBETE
O inicia sesión si ya eres suscriptor.
Deja un comentario