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Número 13

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NÚMERO 13

Dosier

En busca del sentido de la vida

Frankl, Nietzsche, Zambrano, Nussbaum y otros pensadores

Dosier — Pensar la guerra

F+ Judith Butler: el desarme feminista de la violencia

En nuestro presente podemos pensar en las formas actuales de violencia de la mano de la filósofa y activista feminista Judith Butler: ¿cuáles han sido sus presupuestos en la historia política y, en consecuencia, los modos de vida y de hacer la guerra que cimentan?

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Judith Butler relaciona la reflexión en torno a la guerra con la del concepto de violencia. Diseño a partir de imagen de Judith Butler en 2018 en el CCCB, de dominip público. Extraída de Wikimedia Commons.

Judith Butler relaciona la reflexión en torno a la guerra con la del concepto de violencia. Diseño a partir de imagen de Judith Butler en 2018 en el CCCB, de dominio público, extraída de Wikimedia Commons.

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La fuerza de la no violencia, de Judith Butler (Paidós).

Lo primero que desarrollará Butler es precisamente la confusión terminológica que existe con respecto a lo que es considerado violencia y no violencia. Empezará por analizar las maneras en que la violencia se representa y se la distribuye dentro de un campo de poder que ataña lo discursivo, lo social y lo estatal. También las dimensiones del género, la clase y la raza. Pero para comenzar esta arqueología del concepto de violencia, Butler apuntará mucho más atrás: directamente a los presupuestos de la teoría política moderna.

El individuo moderno en disputa

En el primer capítulo de La fuerza de la no violencia, publicado en 2020, Butler pasa revista de las ideas principales de los filósofos contractualistas —Hobbes, Rosseau y también por otro lado, Locke—, para mostrar que en la teoría del Estado moderno el Estado es un monopolio de la violencia, un sistema de organizar políticamente del conflicto social. Con el postulado de la existencia de un «estado de naturaleza», según Butler, se ha caído en una «fantasía» o ficción epistemológica, que está estrechamente ligada a una concepción de individuo bien determinada.

El hombre en estado de naturaleza es: varón, adulto, dueño de sí mismo y autosuficiente. Es este aspecto lo que, para ella, permite introducir la idea de la violencia «fundacional» o «guerra de todos contra todos» a la que se asocia la sociedad pre-estatal. Se basa en un presupuesto que será muy difícil de remover, que es la de una noción de humanidad que no es interdependiente de los demás:

«El individuo moderno, saltó, dichoso, desde las imaginaciones de los teóricos liberales como un adulto pleno, sin relaciones, pero provisto de ira y de deseo, a veces dueño de una felicidad o autosuficiencia que dependía de un mundo natural previamente vaciado de otra gente».

Como buena posestructuralista, Butler no buscará meterse en el debate sobre la naturaleza humana, sino preguntarse por las causas históricas y políticas del surgimiento de esta teoría política y sus consecuencias concretas. En principio, «esas imaginaciones articulan y comentan los argumentos para el fortalecimiento del poder del Estado y sus instrumentos violentos para cultivar o contener la voluntad popular». Para poder realizar completamente un tipo de teoría política de la «no violencia» será preciso remover otro pilar de la teoría moderna: el igualitarismo.

Con esta revisión del contractualismo moderno lo que Butler pretenderá es desplegar su teoría de la no violencia, la cual halla su condición de posibilidad en la de un enfoque no individualista de la igualdad. Sin remover esa categoría de individuo será imposible concebir una sociedad que pueda ensayar los principios de la no violencia, que no es exactamente lo mismo que una sociedad «depurada» de violencia, como veremos.

El enfoque estará más que en el valor de la propia vida, en cómo pensar la vida en común, el valor de la vida de los otros. Lo que Butler llama una «igual duelidad de las vidas». Es en esta idea en la que fundará la noción de igualdad política que sostiene Butler a diferencia de la de los filósofos políticos clásicos.

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