El zen es una de las filosofías orientales más populares de la actualidad. Tras su expansión desde Japón a Occidente, su fama no ha dejado de crecer y sus seguidores han aumentado exponencialmente, de ahí que nos interese esta obra de Alberto Silva, en el que analiza a fondo este movimiento.
Por Jaime Fdez-Blanco Inclán
Como suele ocurrir cuando algo alcanza cierto grado de popularidad y muchos quieren subirse al carro, el zen ha sufrido lo que muchas otras ideas foráneas: la desvirtuación del mensaje original. De esta manera, es interesante encontrar propuestas como la que nos ofrece la editorial Herder con esta obra: Zen 1. Ruta hacia Occidente, el primero de los cuatro tratados que Alberto Silva dedica a esta filosofía milenaria.
Y es que la historia del zen es muy larga y cargada de altibajos. Durante casi 20 siglos ha sido conocido de varias maneras (dhyana, channa, ch’an, etc) y pasado por multitud de países. Nació a orillas del Ganges en la India, tomando elementos tanto del budismo como del yoga, para luego enriquecerse en el Tíbet y expandirse por China. No será hasta mucho más tarde, cuando, asentado en Japón, se denomine zen, describiendo la vida y enseñanzas de Eihei Dōgen, fundador de la escuela Soto, famosa por enseñar la meditación sentada o zazen. Principal característica del movimiento.
Se trata de un estudio profundo, académico, acerca del zen
Qué cuenta
El libro trata, concretamente, de la formación, desarrollo y vigencia del zen a lo largo de tres etapas:
- El zen como proceso interasiático que llega a Japón componiéndose de una búsqueda espiritual y de una variedad enorme de condicionamientos históricos y culturales.
- La andadura del zen desde la aparición de Dōgen hasta su aposentamiento, 7 siglos después, en el país, floreciendo tanto espiritual como estéticamente hasta el siglo XIX, cuando su influencia comienza a menguar.
- Los últimos tiempos del zen, cuando lucha por desarrollar su raíz cultural según modos asimilables y comprensibles para el pensamiento occidental.
Esta última parte es especialmente interesante, pues el zen ha llegado a Occidente muy disperso y con una apariencia algo deshilachada, como nos explica el autor (algo que empieza ya en la época de la Ilustración francesa, cuando los filósofos enciclopedistas “construyeron” un budismo que fuera apto para su enciclopedia, aunque eso supusiera perder información durante el proceso), lo que ha hecho que algunas de las explicaciones que se dan del mismo sean erróneas.
Es cierto que la mayoría de los autores se acercaron al budismo, al zen y al yoga con respeto, entendiéndolos como temas de discusión interesantes, pero el problema estriba en que fueron propuestos de manera parcial, lo que los ha ido alejando de su esencia. Es por esto por lo que el zen se ha entendido aquí no sólo como una filosofía, sino también como una psicoterapia, cuando no como una ciencia neurológica o una religión.
El Zen ha llegado a Occidente muy disperso y con una apariencia algo deshilachada
Aplicando la antropología como instrumento para eximir al zen de ideología y de abstracción, Silva trata de resolver dudas como si es o no el zen una religión, cómo interviene lo sagrado en el mismo o qué características han hecho que durante 8 siglos haya sido el fermento cultural de Japón (siendo hoy el equivalente japonés del yoga en la India).
Por qué leerlo
Este libro constituye un intento minucioso de revisar nuestra forma de encarar y analizar el zen, discutiendo en profundidad afirmaciones tales como “el zen es una rama de la religión budista” o “es la única filosofía japonesa digna de competir con la occidental”.
También se fija el autor en lo que supone el zen a nivel metafísico. La investigación aquí presentada se refiere a la que, por ejemplo, presenta el alemán Peter Sloterdijk (que denomina al mismo una “revolución metafísica”). Algo que también compartieron, en su día, filósofos como Schopenhauer, Nietzsche, Freud, Heidegger o Lacan. Estos dos últimos serán especialmente analizados en la obra por Silva.
El autor trata de cubrir todos los ángulos bajo los que el zen llegó a Occidente, desde el marco filosófico de Martin Heidegger (que se familiarizó con él por su empeño en superar la dicotomía entre sujeto y objeto), pasando por la visión cristiana de algunos teólogos protestantes como Thomas Altizer o Paul Tillich, hasta el ángulo abierto por Daizetsu Suzuki con la piscoterapia occidental o el papel de Kitaro Nishida, quien hizo posible que por primera vez zen y filosofía europea pudieran encontrarse realmente (Nishida buscaba el zen en un punto medio entre actividad académica y práctica, siendo para él una fuente de equilibrio personal y desarrollo de la agudeza mental).
Conclusiones
Que no se llame a engaño el lector: no estamos hablando de un libro de divulgación. Aquí no hay autoayuda, ni ejercicios de fácil ejecución o terminología adaptada al profano. Se trata de un estudio profundo, académico, acerca del zen, que agradará y expandirá sus ideas a filósofos que busquen respuestas en dicho movimiento, o a seguidores que quieran ampliar su conocimiento acerca de él. De otra manera, serán difíciles de entender y asimilar las conclusiones a las que llega el autor.
El libro hace un uso masivo de términos asiáticos de filosofía y pensamiento, por lo que la obra incluye un glosario de términos, herramienta verdaderamente imprescindible para no perdernos en sus páginas.
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