Claudio Cormick ha cobrado popularidad recientemente por sus tuits con el hashtag #ArgumentosEnUnaBaldosa, en los que divulga, junto con Valeria Edelsztein, problemas de filosofía del conocimiento. «Lo lindo de la filosofía es que es ‘portátil’, y, además, se puede combinar con circunstancias de la vida cotidiana o ejemplos de la cultura popular sin sacrificar su rigor», nos dice en esta entrevista.
Por Luciana Wisky
Claudio Cormick es doctor en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires (Argentina), docente e investigador asistente en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET). Ha escrito dos libros: Opacidad y Relativismo. La situacionalidad del conocimiento en tensión entre Merleau-Ponty y Foucault (2019) y un libro de divulgación de filosofía, Argumentos en una baldosa (2021), con Valeria Edelsztein, investigadora de CONICET y divulgadora de la ciencia. Este libro surge de la experiencia de #ArgumentosEnUnaBaldosa, una serie de tuits que tienen como objetivo reconstruir argumentos sobre distintos temas para invitar a los lectores a pensar problemas filosóficos.
Creo que su libro llega en un momento en el que hay una vacante, al menos en Argentina, sobre lo que es la divulgación filosófica. Me refiero a lo que se podría considerar, a grandes rasgos, como filosofía analítica.
Sí, es verdad, pero no es porque hayamos querido deliberadamente que fuera filosofía analítica, sino que nos dimos cuenta —cuando pasamos a limpio los argumentos que quedaron hasta el final— que tres de ellos eran más o menos clásicos: el argumento de autorrefutación de Platón contra Protágoras, el de Descartes sobre el dualismo mente-cuerpo y el de Hume sobre la regularidad de la naturaleza. Pero después, lo que incluimos del siglo XX y un poco del XXI, es casi todo filosofía analítica: autores como Judith Jarvis Thomson, Elizabeth Anderson, Bernard Williams, Richard Rorty, Donald Davidson, Howard Sankey.
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