El psicoanálisis como una «ciencia mayor»
Gilles Deleuze y Félix Guattari escribieron Capitalismo y esquizofrenia, una obra compuesta por dos tomos. El primero de los dos tomos se tituló El Anti-Edipo y fue publicado en 1972. Cuando salió, se erigió como un texto crítico con el psicoanálisis. Esto fue sorprendente por dos motivos: por el hecho de que Guattari viniera de la tradición psicoanalítica y porque su gran maestro fue Jacques Lacan. El motivo del cambio en la trayectoria de Guattari —es decir, su alejamiento del «lacanianismo»— fue el encuentro con Deleuze.
Tanto Deleuze como Guattari vieron en Freud y en su teoría de la libido una intención de liberar, en palabras del filósofo Carlos Alberto Navarro-Fuentes, «las fuerzas inconscientes de la consciencia. Ahora, el problema es que esa liberación será compensada por una reterritorialización: el complejo de Edipo». Ambos autores vieron en el psicoanálisis una ciencia que trataba de mitigar la diferencia, encerrándola en universales y en constantes, en identificaciones totales.
Según la visión de Deleuze y Guattari, el psicoanálisis busca fundamentos únicos y encierra al deseo y a las fuerzas deseantes en un dispositivo: el complejo de Edipo. Este comportamiento (buscar un fundamento único y reducir la diferencia) es el típico de las «ciencias mayores», como las llaman Deleuze y Guattari. A diferencia de estas, ellos buscan hacer una ontología política que sea una ciencia menor, es decir, un estudio de la realidad que no reduzca la multiplicidad de la realidad a un único fundamento.
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