Vivimos en la sociedad de la imagen. La imagen ya no es un campo exclusivamente artístico, sino que hoy el capitalismo ha colonizado todos los ámbitos de nuestra vida a través de un ejército inmenso de imágenes publicitarias. Un ejército que, huelga decirlo, ha atrapado a nuestra subjetividad. En este maremoto de imágenes, uno ya no tiene claro qué es arte y qué no (porque podría ser publicidad, por ejemplo). Así estamos, entre la ya comentada oleada de imágenes provenientes del capital y, por otro, la respuesta de las vanguardias, cada vez más empeñadas en romper con cualquier tipo de molde.
Para salir de este atolladero, vamos a examinar la propuesta estética de Jordi Claramonte. Claramonte es profesor de filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en España. Quizá no sea casual que Claramonte estudiase Filosofía mientras cumplía con las consecuencias de declararse insumiso al servicio militar obligatorio (¿hay algo más filosófico que cualquier tipo de insumisión?). Esto, dice Claramonte, «tuvo la virtualidad de dejarme fuera del juego académico durante bastantes años y de acercarme a la vez a terrenos de experimentación donde lo artístico y lo político profundamente articulado coincidían de lleno».
Durante esos años de experimentación e insumisión, aderezado con estudios filosóficos a distancia, Claramonte organizó junto a otras personas La fiambrera obrera, el que sería el primero de muchos proyectos políticos de investigación artística (con la autonomía como telón de fondo). El primer libro en el que participó fue Manual de la guerrilla de la comunicación, que publicó Virus en el año 2000. Después vinieron Modos de hacer: arte crítico, esfera púbica y acción directa (Universidad de Salamanca, 2001), Lo que puede un cuerpo. Ensayos de estética modal, pornografía y militarismo (Cendeac, 2009) y La república de los fines (Cendeac, 2010).
Después de este viaje filósofico, publicó en Tecnos el primero tomo de la Estética modal (2016), de la que acaba de salir el segundo tomo (2022). En la estética modal, Claramonte integra toda su producción anterior y genera nuevas herramientas estéticas. Pero, antes de examinar estas herramientas, expliquemos un poco más en qué contexto se produce la estética modal y a qué callejón sin salida responde.
El arte hoy
Los esfuerzos teóricos de Jordi Claramonte durante los últimos años han ido encaminados a salir de este atolladero artístico al que parece condenarnos nuestra sociedad. Un atolladero sin salida en el que ya ni siquiera sabemos decir si lo que tenemos delante es arte o no. «A ver, si ‘arte’ es solo o fundamentalmente —dice Claramonte en una entrevista a FILOSOFÍA&CO— lo que se muestra y trajina en sitios como ARCO, entonces sí: estamos jodidos. Pero, vaya, creo que ese no es el caso».
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