Me cuentan que un renombrado y publicado profesor de filosofía se preguntaba siempre en su primera intervención de cada curso para qué servía su materia. Acto seguido se autocontestaba con la siguiente frase: “Quien quiera algo útil que se compre una navaja multiusos”.
Por Xavier Obach, periodista, creador del formato Atención obras para La 2 de TVE
Siempre tuve una relación de amor-odio con esa respuesta. Por un lado me parecía un gesto de dignidad ante la fiebre utilitarista que vincula cualquier rincón del alma al aprovechamiento económico sin dejar espacio a lo gratuito, al sueño, a lo específicamente humano. Sin embargo, también siento que había algo de incapacidad de dar respuesta ante la sociedad de la necesidad del pensamiento. Es cierto que no todo lo que se relaciona con la filosofía es fácil de explicar o fácil de entender, pero también es cierto que, como sociedad, nos merecemos el esfuerzo de traducción de lo complejo a un lenguaje universal. Me vino a la cabeza esta reflexión cuando hace unos días tuve que defender el valor de la información cultural en televisión. Me dije: “Tienes que conseguir explicar bien por qué la cultura es muy importante para la sociedad en la que vivimos, tan importante como para que un medio de comunicación que segmenta poco los públicos y con vocación universal le dedique su atención”.
Es cierto que no todo lo que se relaciona con la filosofía es fácil de explicar o entender, pero también es cierto que nos merecemos el esfuerzo de traducción de lo complejo a un lenguaje universal
Andaba yo circulando por andamios teóricos cuando, caminando por mi barrio, me tope con una tienda de ropa trendy, el típico negocio que vende camisetas por un precio astrofísico en la que el aspecto de los clientes te hace pensar en la cantidad de horas ante el espejo que habrán invertido para cuadrar una puesta en escena de tantos quilates… Vamos, que es el negocio tipo en el que nunca pondría los pies. Me llamó la atención el escaparate. La tienda no vendía otra cosa que ropa, pero la primera línea visual ante el caminante eran… dos libros, concretamente Taxi Driver, Photographs by Steve Shapiro y The Walking Dead, Apocalipsis Zombi ya publicado por Errata Naturae. De pronto mi mente empezó a cablear neuronas. Me di cuenta que esa tienda vende ropa no por la ropa, sino por los valores culturales a los que quiere asociar esa prenda. La cultura, en este caso una película de culto hipster y una serie de gran atractivo para los jóvenes, se constituían en una especie de vínculo identitario. El escaparate me estaba gritando: “Si te gusta Taxi Driver ERES de los nuestros y esta ropa ES para ti”.
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