Primero sueño no se adapta a un género literario concreto ni a ninguna categorización tradicional. Se escapa del canon filosófico, igual que su autora, pero dialoga enormemente con él. Sor Juana Inés de la Cruz plasmó, a través de un lenguaje rico en referencias filosóficas, teológicas y científicas, todo un universo simbólico que tenía dos objetivos: plasmar una meditación existencial que, de paso, defendiera la erudición femenina y criticara sutilmente toda constricción del conocimiento y, no menos importante, eludir a la censura eclesiástica, que no estaba dispuesta a permitir que una mujer entrara de lleno en los debates de la época.
Contexto de «Primero sueño»: una mujer excepcional en un mundo patriarcal
Sor Juana Inés de la Cruz vivió durante el virreinato de Nueva España, actual territorio de México, durante el siglo XVII (1648-1695). Se trataba de una época marcada por el esplendor artístico y literario, pero también por unas fuerzas jerarquías sociales, raciales y de género. En esta época, conocida como Barroco o, más específicamente, Barroco hispanoamericano, las mujeres tenían un acceso muy restringido al conocimiento.
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