¿Qué es?
Asociado a la figura de Descartes, el «fundador» de la filosofía moderna, el racionalismo es el movimiento filosófico que se inicia en la Europa continental en el siglo XVII reivindicando la primacía de la razón para alcanzar la verdad. Este movimiento filosófico impregnará toda la filosofía moderna y contemporánea desde la aspiración por comprender el mundo a través de un conjunto de leyes. A partir de ciertos principios innatos de la razón, el ser humano puede enfrentarse al entendimiento y dominio de la naturaleza construyendo el saber desde regularidades matemáticas.
Te puede interesar
De igual forma, el racionalismo nos presenta una derivada ética de primera magnitud al afrontar cuestiones como la posibilidad del carácter innato de las ideas morales o la evidencia de los principios de la religión, lo que hace innecesario el designio divino de la revelación, como sucede en el deísmo.
El racionalismo impregnará toda la filosofía moderna y contemporánea desde la aspiración por comprender el mundo a través de un conjunto de leyes
PUBLICIDAD
¿Cuáles son su origen y sus principales exponentes?
El origen del racionalismo se halla en la revolución científica del siglo XVII, que situó el problema del conocimiento en el centro del debate filosófico al preguntarse tanto por el origen y fundamento del conocimiento verdadero como por el método más adecuado para alcanzar la verdad desde las ciencias. En este sentido, las dos grandes corrientes de la época, racionalismo y empirismo, tienen en común la confianza en la nueva ciencia y en el método matemático y experimental, pero se diferencian en su postura sobre el origen del conocimiento.
El principal exponente del racionalismo es René Descartes, quien decidió estudiar en «el gran libro del mundo» en busca de un saber universal. Frente al escepticismo, la corriente de pensamiento que afirma la imposibilidad de alcanzar el conocimiento verdadero por la propia incapacidad de la razón, Descartes defiende exactamente lo contrario, convencido de la fortaleza de la razón humana y de su potencial para lograr la verdad universal. Para ello se propone construir un sistema de conocimientos en el que nada sea aceptado como verdadero si no es indudable, lo que va a suponer renovar completamente la filosofía y encontrar el método adecuado. De este modo, la duda metódica y el cogito ergo sum se convertirán en el sostén del edificio cartesiano, y la búsqueda de un método universal, en la parte central de su programa, puesto que la razón es «una» y «la misma» en todos los seres humanos.
Además de Descartes, Malebranche, Spinoza y Leibniz formarán parte del núcleo duro del racionalismo.
Descartes estaba convencido de la fortaleza de la razón humana y de su potencial para lograr la verdad universal
¿Cuál es su papel en la historia del pensamiento?
La repercusión de la obra de Descartes y del racionalismo ha sido definitiva en la historia del pensamiento al situar la cuestión del conocimiento y la verdad en el centro del debate filosófico, algo que perdurará en el siglo XX como muestra el racionalismo crítico de Popper.
El racionalismo no solo pondrá en primera línea el tema del conocimiento, sino que temas tan importantes como la relación entre cuerpo y alma, las pasiones o la libertad alcanzarán una relevancia llamada a permanecer para siempre en la diana de los asuntos filosóficos. Al defender la autosuficiencia de la razón para explicar la realidad de modo deductivo y valorar al sujeto frente al objeto, su influencia se extenderá por toda la filosofía occidental hasta principios del siglo XX. Ni los existencialistas, que concebirán al ser humano como «ser en el mundo», ni los positivistas, que defenderán una realidad más allá del pensamiento, permanecerán ajenos a la influencia del racionalismo.
El mundo digital, tan lleno de algoritmos, o la pregunta por la realidad y la apariencia actualizan de una forma increíble el pensamiento racionalista y más concretamente a Descartes, quien asoma en películas como Matrix, cuyo argumento remite a la hipótesis del genio maligno. Las mismas dudas que acechaban al pensador francés son las que Neo presenta cuando manifiesta su inquietud ante la sensación de no saber con certeza si sueña o está despierto.
Deja un comentario