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F+ La dificultad de leer a Nietzsche

Dosier: Entender el pensamiento y la obra de Nietzsche

«La filosofía de Nietzsche termina siendo una selva difícil de andar y en la cual, como en toda selva agreste, es posible perderse. Es por esa razón que leer a Nietzsche se convierte en una experiencia, en una aventura donde el puerto o la llegada no se vislumbran claramente; donde el horizonte no se extiende hacia el caminante ofreciéndose como sendero para ser seguido», escribe Damián Pachón. © Ana Yael

«La filosofía de Nietzsche termina siendo una selva difícil de andar y en la cual, como en toda selva agreste, es posible perderse. Es por esa razón que leer a Nietzsche se convierte en una experiencia, en una aventura donde el puerto o la llegada no se vislumbran claramente; donde el horizonte no se extiende hacia el caminante ofreciéndose como sendero para ser seguido», escribe Damián Pachón. © Ana Yael

Leer la obra de Nietzsche resulta una tarea complicada. Su carácter asistemático no permite ir tirando del hilo de su pensamiento. Dice el filósofo colombiano Damián Pachón Soto que la filosofía del alemán es «una selva difícil de andar» en la que acabar perdiéndose es muy posible. En este dosier, Pachón analiza sus famosos aforismos, explora algunos de los principales problemas que lleva consigo el acercamiento a su obra y se plantea diferentes cuestiones que surgen al intentar comprender a Nietzsche.

«Su obra [la de Nietzsche] es un proceso viviente que se va perfeccionando,
no una sala de conferencias de la cual se puede uno marchar luego
con algo sólido en la mano».
Un rebelde: Federico Nietzsche
, Golo Mann1

La filosofía de Nietzsche es un abismo, produce vértigo. En ella no hay seguridades, no hay sentencias definitivas, no hay dictámenes apodícticos, axiomas euclidianos. No era la intención de Nietzsche dogmatizar. Por eso la lectura de su obra resulta supremamente difícil, pues su carácter asistemático impide seguir una construcción conceptual, deductiva, donde desde una idea se desprenden otras en cadena, formando un hilo de Ariadna que permita seguir el desenvolvimiento de su pensamiento. No hay en su obra guía alguna que permita seguridad y ofrezca tranquilidad sobre ciertos contenidos. Por eso su filosofía termina siendo una selva difícil de andar y en la cual, como en toda selva agreste, es posible perderse. Es por esa razón que leer a Nietzsche se convierte en una experiencia, en una aventura donde el puerto o la llegada no se vislumbran claramente; donde el horizonte no se extiende hacia el caminante ofreciéndose como sendero para ser seguido.

En este dosier exploraré algunos problemas que acarrea el acercamiento a la obra de Nietzsche. Para ello, en primer lugar, partiré de tres testimonios que ponen de manifiesto la dificultad de su lectura, para, a continuación y con base en ellos, plantear ocho cuestiones hermenéuticas en torno a la interpretación de su obra; después, exploraré algunas posibles salidas, para, finalmente, terminar con algunas conclusiones.

Los testimonios

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Schopenhauer, Nietzsche y Freud, de Thomas Mann (Alianza).

Para comenzar, no deja de ser curioso que Giorgio Colli, quien, junto con Mazzino Montinari, estableció la edición acabada y completa de la obra de Nietzsche después de las conocidas falsificaciones a que fue sometida, sostuviera en 1974:

«Quien para interpretar a Nietzsche utiliza sus citas es un falsario, porque le hará decir lo que a él le venga en gana, intercalando según a pereza palabras y frases auténticas. En la mina de este pensador se hallan toda clase de metales: Nietzsche lo dijo todo, y dijo también lo contrario de todo. Y en general es deshonesto utilizar las citas de Nietzsche cuando se habla de él; porque de esta manera se da valor a las propias palabras aprovechando la sugestión que suscita la introducción de las suyas»2.

En segundo lugar, el gran escritor alemán Thomas Mann, quien le dedicó varias conferencias a Nietzsche, señaló en 1947:

«Lo que Nietzsche ofrece es no sólo arte, también el leer a Nietzsche es un arte. Y aquí no es admisible ninguna torpeza, ninguna simpleza. En la lectura de Nietzsche resultan necesarias todas las clases de astucia, de ironía, de reserva. Quien tome a Nietzsche en sentido propio, quien tome a Nietzsche a la letra, quien le crea, está perdido»3.

Y sin embargo, Mann sostiene que la filosofía de Nietzsche es un «sistema perfectamente organizado, desarrollado a partir de un único pensamiento básico que impregna todo»4.

No era la intención de Nietzsche dogmatizar. Por eso la lectura de su obra resulta supremamente difícil, pues su carácter asistemático impide seguir una construcción conceptual, deductiva, donde desde una idea se desprenden otras en cadena, formando un hilo de Ariadna que permita seguir el desenvolvimiento de su pensamiento

En tercer lugar, entre los contemporáneos estudiosos de Nietzsche, una época donde el arrume de estudios sobre el pensador alemán llena bibliotecas y donde se espera que esos estudios contribuyan a una mayor claridad sobre su pensamiento, las incertidumbres continúan. Mónica Cragnolini ha sostenido:

«Una de las características del modo de filosofar de Nietzsche que permite la apertura a otras formas de entender el pensamiento es el aspecto tensional de su filosofía, esa presencia de la negación que no se resuelve en una síntesis (…) al negador y maestro de la sospecha, no le ‘sigue’ el Nietzsche afirmador y creador de nuevos sentidos como si una ‘evolución’ del pensamiento obligara a afirmar después de negar, a construir después de destruir, olvidando el poder de la negación. No existe superación del ‘no’ por el ‘sí’, sino que tal vez lo característico del pensamiento nietzscheano sea justamente el mantenimiento de la tensión entre el sí y el no. Mantenimiento de la tensión que se compadece con una visión trágica de la existencia, que impide toda síntesis totalizadora»5.

Los problemas

Asumidas con cierto cuidado estas tres autorizadas referencias que ponen de presente la dificultad de enfrentarse a Nietzsche, de leerlo, de intentar llegar al centro (Thomas Mann) de su filosofía, a su único pensamiento (Heidegger), surgen estas posibles cuestiones:

1) ¿Es verdad que no podemos citar a Nietzsche para justificar o sustentar una afirmación o un juicio, porque el alemán lo dijo todo y lo contrario de todo, tal como sostiene Colli?

2) ¿Con la introducción de una cita de Nietzsche cuando se habla de él, el lector está introduciendo, más bien, sus propios prejuicios, sus propias animadversiones, su propia subjetividad, como da a entender Collí, pero también Germán Cano6?

3) De la cita de Thomas Mann me interesa resaltar: ¿hay en Nietzsche un sistema y qué clase de sistema es este?

4) De la cita de Mónica Cragnolini, cabe extraer las siguientes cuestiones: ¿qué significa una filosofía tensional que nunca totaliza?

Y 5) ¿Es esta falta de síntesis compatible necesariamente con el concepto de lo trágico?

A este cúmulo de preguntas cabe adicionarle algunas propias:

6) ¿Es posible una lectura objetiva de Nietzsche?

7) ¿Qué papel juega el «sujeto», el lector, en la lectura del filósofo alemán?

8) ¿Qué papel desempeña el perspectivismo en esta hermenéutica de la obra de Nietzsche? Todas las anteriores son preguntas difíciles.

Tratar de responderlas implica tener en cuenta, tentativamente, estos aspectos: en primer lugar, el problema del estilo aforismo y el pensamiento sistemático; en segundo, los argumentos de autoridad y, yendo contra el propio Nietzsche y desatendiendo sus propias recomendaciones; y por último, asumir algunas de sus afirmaciones. De tal manera que estos problemas no se resuelven simplemente acusando al lector o escritor de usar malas fuentes, acusarlo de falta de preparación filosófica o, lo que sería más sencillo, acusarlo de no haber leído suficientemente a Nietzsche.

Hacer estas acusaciones implica evadir los problemas. O lo que es peor, cuando, como dice Germán Cano, se tiene la tentación de «elevar al clásico (…) a una altura tan estelar o monumental que se impida todo diálogo con él»7, es decir, cuando se lo adula, se lo sigue, se toma partido por él (algo que Nietzsche no recomendó, pero que consideró inevitable no hacer) y se lo convierte en un ídolo, en una especie de Dios que no tiene fisuras y cuenta con respuestas para todo, pasando por alto que «tal vez os ha engañado» 8.

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2 respuestas a «F+ La dificultad de leer a Nietzsche»

  1. Avatar de MANUEL Vázquez Aguilar
    MANUEL Vázquez Aguilar

    No entiendo el porqué no puedo leer el dossier de Nietzsche. Soy un abonado que pago regularmente. Y al volver a suscribirme me indican que ya estoy suscrito. No entiendo la dificultad de esta aplicación que no ayuda nada al conocimiento de la filosofía.

    1. Avatar de Filosofía&Co
      Filosofía&Co

      Hola, Manuel. Sentimos los inconvenientes. Entendemos que estás accediendo con el correo electrónico con el que te dieras de alta y con la contraseña que tú mismo generaras. ¿Es así? No debes entrar en suscribirte, si no acceder. De todas formas, si estás suscrito con el mismo mail que nos figura en este comentario, vamos a mirar a ver si detectamos que hubiera otro problema y te decimos.

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